BUENOS AIRES (Agencias).– Decenas de miles de argentinos salieron anoche a las calles de las principales ciudades del país y del mundo para protestar contra las políticas de la presidenta Cristina Fernández, que desde que fue reelecta, el año pasado, sufre una caída en su popularidad en medio de críticas a la fuerte intervención estatal en la economía.
La protesta, que tiene lugar cuando la economía se desacelera y el Gobierno restringe la compra de divisas, fue convocada a través de redes sociales y medios de comunicación por ciudadanos sin filiación política y por miembros de la oposición, aunque no se observaron banderas partidarias en las distintas concentraciones.
Los manifestantes se quejaban por la inseguridad urbana, por la intención de Fernández de buscar una nueva reelección, por la inflación y por las trabas oficiales para la compra de dólares.
“8N, Sí a la democracia, no a la reelección” decía el cartel de manifestantes en el centro de Buenos Aires, donde el tránsito colapsó por la magnitud de la protesta.
Tras ganar los comicios presidenciales del 2011 con el 54 por ciento de los votos, la aprobación de la gestión de Fernández fue de solo el 31.6 por ciento en octubre, según la última encuesta de la consultora Management & Fit.
SE DEFIENDE
Antes del ‘cacerolazo’, Fernández afirmó que el país vive una “democracia total” y una “libertad de expresión nunca antes vista”, y llamó a los políticos a que sean claros en sus reclamos.
Ayer, la mandataria descartó su asistencia a la XXII Cumbre Iberoamericana, que se realizará el 16 y el 17 de noviembre en la ciudad española de Cádiz, luego de ser aconsejada por la unidad médica presidencial. La gobernante, una abogada de 59 años, es hipotensa crónica.
TENGA EN CUENTA
- Una reciente encuesta de la consultora Management & Fit (M&F) reveló que un 80% de la población rechaza la re-reelección de la presidenta.
- Las elecciones de renovación de la mitad de los diputados y de un tercio del Senado se realizarán en octubre de 2013, pero analistas señalan que es casi imposible que Fernández obtenga dos tercios de las bancas del Congreso necesarios para una reforma de la Constitución.
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