DAMASCO (AFP).– Al menos 76 personas murieron, entre ellas 28 niños, en el bombardeo más mortífero de la fuerza aérea siria sobre barrios rebeldes de Alepo (norte de Siria), mientras que las agencias internacionales advirtieron de la “peor crisis humanitaria en décadas”.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el régimen de Bashar al Assad utiliza contra los insurgentes “barriles de explosivos” fabricados en metal, con una capa de cemento en su interior y llenos de TNT que lanzan desde el aire.
Estos barriles no cuentan con un sistema de guía, por lo que son menos precisos, y con ellos “consiguen un máximo de destrucción y de muertos”, explicó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
La ONU alertó que el número de refugiados sirios podría duplicarse (4.1 millones) para finales de 2014, mientras que para ayudar a las víctimas del conflicto se necesitan 6,500 millones de dólares.
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