Hallazgos dudosos

“Saben algo? Soy totalmente anticreacionista y pro ciencia, pero a veces la ciencia se equivoca y nos da basura que no necesitamos”. Estas son las palabras del comediante Patton Oswalt extraídas de un divertido monólogo publicado en el portal ‘Funny or Die’ (www.funnyordie.com).

Oswalt se quejaba porque unos científicos habían logrado que una mujer de 62 años pudiera ser capaz de embarazarse y dar a luz a un niño. ¿La humanidad realmente necesita ese tipo de proezas?, parecía preguntarse el cómico. En casos así podemos darle la razón a Oswalt: a veces la ciencia lanza cosas descabelladas. Inútiles. Dudosas.

Veamos algunos ejemplos tomados de la ciencia de la sexualidad. Hace unas semanas hablamos sobre la influencia de ponerse medias durante el coito. Lo que ocurría en ese caso era lo siguiente: no era que los calcetines puestos garantizaran el orgasmo, sino que, en realidad, disminuían la incomodidad generada por tener los pies fríos, situación que, por extensión, podría facilitar la llegada del clímax.

Otro caso. Según una investigación publicada en The Journal of Sexual Medicine, los hombres obesos podrían elevar su deseo sexual si bajaran algunos kilitos. ¿En serio? A uno le queda la duda al ver tanto gordito libidinoso. Un estudio más dudoso es el de la Universidad de Tampere (Finlandia), el cual concluye que los hombres que contemplan mujeres desnudas con regularidad son más agudos a la hora de elegir una pareja. ¿De verdad? Si esto es cierto, un amante de las revistas de calatas y las páginas porno tendría un acertado criterio para conseguir una media naranja de carne y hueso.

Asimismo, una investigación de la Universidad de Texas asegura que si la mujer pierde la virginidad después de los 19 años tiene más chances de ganar más dinero. Si bien el estudio establece una sensata relación entre la madurez emocional y el inicio de la vida sexual, habría que realizar una encuesta a todas las mujeres exitosas y financieramente afortunadas para corroborar si esto es totalmente válido. Que levanten la mano aquellas damas que quieran refutar a estos científicos gringos.

Finalmente, algo bien polémico para muchos lectores es la tesis de Eric Anderson, sociólogo y autor de La brecha de la monogamia: Hombres, amor y la realidad de la infidelidad. Anderson sostiene, según las notas publicadas en diversos medios de prensa, que “el hombre es infiel porque ama a su mujer”. Según el autor, el hombre infiel es aquel que tiene una aventura sexual porque la monogamia no va con él y no porque dejó de querer a su mujer. Habría que leer el libro completo para comentar apropiadamente, pero la pregunta que nos queda flotando hasta entonces es: ¿tiene razón Anderson? La ciencia, muchas veces, nos deja con más dudas que certezas.

DATOS

- Según una encuesta realizada por The Today Show y el portal Match.com, hay mujeres que dejarían de tener sexo a cambio de visitar spas en todo el planeta.

- El estudio de Spotify, titulado ‘Ciencia detrás de la canción’, señala que My Heart Will Go On, de Celine Dion, o Mamma Mia, del grupo ABBA, son canciones ideales para escuchar mientras se tiene sexo. ¿Es broma?