La falta de personal y de capacidad operativa ha hecho que entre el 2010 y el 2012 se pierdan cerca de siete millones de dosis de vacuna contra la influenza que hubiera servido para mitigar el impacto de la temida AH1N1.
En declaraciones a Perú21, Cecilia Lengua, jefa de la Dirección General de Salud de las Personas del Ministerio de Salud (Minsa), refirió que en el 2012 solo se usaron 3’400,000 vacunas contra la gripe de las 6’000,000 disponibles.
En el 2011, se empleó 2’600,000 de 4’000,000. En el 2010, la situación fue peor: se empleó 1’000,000 de los 3’000,000 adquiridos.
Se trata de una tema que debe llamar poderosamente la atención ya que, tal como lo advirtió la especialista, el tiempo de vida útil de estos medicamentos es de ocho meses desde que llegan a nuestro país, así se mantenga la cadena de frío. O sea, se trata de dinero tirado al agua.
Lengua aseguró que esta situación se produce debido a que muchos establecimientos, sobre todo los más alejados del país, no cuentan con el personal suficiente para vacunar. Otro gran problema es la capacidad operativa de estos establecimientos de salud.
“Lo que estamos tratando de hacer es afinar estos aspectos con las regiones. Lo que se ha hecho, por ejemplo, es comprar refrigeradoras solares para acceder a sitios alejados. El tema es complejo”, recalcó.
En cuanto a las dosis adquiridas este año (cuatro millones), precisó que el Minsa hizo su cálculo basado en los grupos de riesgo. El problema del posible desabastecimiento surge, dijo, por la mayor demanda. “Muchas personas que no son de riesgo acudieron a los centros de salud. Esto generó un problema”, indicó. Reiteró que la inmunización está dirigida a las personas que pueden presentar complicaciones.
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