Pilar Sánchez
psanchez@peru21.com
El programa emblemático del gobierno de Ollanta Humala, Qali Warma, se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta. Esta vez la denuncia viene de tres localidades (Mazán, Indiana y Tamshiyacu) en el interior de Iquitos, Loreto, en donde cinco colegios se han visto afectados, al habérseles cambiado varios productos por otros de menor cuantía y nivel proteico. Denuncian también que la entrega de estos artículos se ha retrasado por casi dos meses, siendo la última donación en la primera quincena de abril.
Perú21 tuvo acceso al “acta de entrega y recepción de los productos”, que se otorgó a los centro afectados y, en ella, se puede observar que artículos como manjar blanco, tomate enlatado, frijol, lentejas, cacao, queso, quinua y enlatado de caballa son reemplazados por arroz, leche, galleta, azúcar y aceituna.
Los profesores de los colegios perjudicados llevaron su voz de protesta al parlamentario de Fuerza Popular Víctor Grández, quien estuvo visitando dichos lugares en su semana de representación.
NO CUBREN NIVEL PROTEICO
Consultado al respecto, el congresista, biólogo de profesión, confirmó que muchos de los productos cambiados no cubren el potencial proteico, además que su valor es menor.
“Lo que llama poderosamente la atención es que los alimentos que tienen alto índice de proteína como frijol, queso y quinua han sido reemplazados por arroz y aceitunas cuyo valor proteico es mínimo”, aseguró.
Señaló, asimismo, que el precio de muchos de estos artículos alimentarios no llega ni a la mitad del costo de los productos que fueron reemplazados. “Por ejemplo, el kilo de queso bordea los 16 soles, mientras que el kilo de arroz cuesta solo dos soles”, estimó.
Acusó al gobierno de un retraso en la entrega de dichos comestibles y confirmó que la última donación se efectuó la primera quincena de abril.
DATOS
- A 115 llegan las denuncias contra dicho programa, reveló la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Carolina Trivelli.
- Qali Warma reemplazó, desde el 01 de enero, al Pronaa. Su vigencia sería de tres años y debería brindar alimentación a niños, en edad escolar,
de extrema pobreza.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.