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Opinión

La nueva estrella de la tele, Carla García, ha tenido ayer la elegancia de decir, en este mismo diario, que este humilde escriba es uno de los hombres de su vida. Guau. Que ella es una de las mujeres de la mía no necesito ni decirlo porque más obvio ya no podría ser. En junio del 2010, semanas antes de habernos visto en persona, iniciamos la demencial correspondencia que aquí reproduzco con su permiso para que entiendan por qué nos queremos desde antes de conocernos. O acaso para que se confundan más.

Beto Ortiz,Pandemonio
bortiz@peru21.com

Hola Carla:
Tres palabras: Gracias, escríbete y grabamos. Gracias por invitarme a presentar tu buk, me lo estoy devorando sin masticar. Escríbete
una columna sobre lo que te canten los ovarios para una revistita chévere que
parece que dirigiré. Grabamos un reportaje contigo para el programa del viernes, di que sí y prometo solemnemente que te llevo a pasear en la 73.
Beto

Hola Beto:
Sí. A todo, absolutamente. Un único engreimiento: en el reportaje ¿seremos solo tu y yo, no? Si realmente necesitara explicarte por qué tú, diría que eres el único connacional que me puede hacer reír o llorar con una crónica, y que algunas veces, las mejores, estás rabioso y te sacas filo en el cuero ajeno.
Carla

Está bien, niña engreída, tú ganas. Hazme chambear. Grabamos mañana tipo hora de almuerzo, caminando por donde tú quieras. Tú, yo y Takle, el chico de la portada. Ti piacce?

Darling, tu plan suena excelente pero con respecto a mi cover dog, (que se computa más que Rintintín), hablamos de un espíritu libre de 35 kilos y con 4×4. Si quieres coordino para que lo saquen al parque a correr una maratón y luego lo encontramos y hacemos la finta de pasearlo, porque en la vida real nos lleva a los dos de cometas. Juntémonos a barranquear y contarnos mucho. Tipo 3 pm. La pelota está en tu cancha.

Cachete, sister. Tres pe eme de mañana contigo y cuatro y treinta con el espíritu libre de los 35 kilos. Dame las coordenadas y eso sí, ponte más guapa que de costumbre, o sea, sácate los ruleros que yo también soy visita. Ósculos.

El perro, que es mi Robin, está muy molesto contigo porque el cambio de planes lo condena a reducir su paseo vespertino a una raquítica hora. Suerte y relaja.

Te advierto que nuestra conversa no se circunscribirá a una charla de tías tomando chai latte en Dédalo. Ah, no. La idea es latear Barranquito y entrar a huecos. Y también que me muestres fotos de tu infancia que fue dulce, serena, triste y sola y se deslizó en la paz de una aldea lejana.

Fotos de niña no tengo muchas. Te mandaré una en la que salga con big man of the family y algunas otras mal escaneadas por mi tía.

Cara ambacciatrice: ¿Te ha contado big man of the family que le debo mi fanatismo con Fernando Vallejo? Cuando le entrevisté en Bogotá me recomendó la pela de Virgen de los Sicarios y luego de verla busqué el libro y desde allí me zampo cada puta línea que perpetra ese amargado maravilloso. Vallejo, se entiende. ¿Almuerzas, a veces, en Palacio? Una vez Chaparrón me invitó y nos sirvieron unas espartanas pechuguitas a vapor con bechamel grumé que hubieran sido la envidia del menú del Hospital Almenara. Espero que hayan cambiado de cocinero. Agarrémonos a sartenazos. Te reto.

Cocinar no, eso es trampa. Lateada si y feliz. Podemos ir parando por allí a hacer tonterías. Si había team “Free Winona Ryder”, team “Angelina” vs team “Jennifer” y Hombres Lobo contra Vampiros, yo necesito mi polo Team Beto, pero ya.

Esos polos suenan cool pero no existen. Me he vuelto un viejo cascarrabias y últimamente prefiero encerrarme, con mis calzoncillos largos, mis medias de lana y mis babuchas de Aladino. Cero glamour. Esta noche es nuestro estreno: ¡wiii! Atte: Winona Ortiz

Creo que se dice gracias. Así me enseñó mi abuela. Tu reportaje de anoche me hizo sentir reina por un día. Absoluta y feliz. Never complain, never explain. Besos.

Reina absoluta: You ain’t seen nothing yet. Mañana tu presentación de libro será el máximo delirio colectivo, eso sí te lo puedo firmar. Haré el programa desde tu fachada en micro-ondas, en vivo, completamente cholito aguantado y a sus plantas, rendido, un lechón.

Actividad nula ayer a lo largo de todo el día. Pardo’s Chicken proveyó y el resto de la jornada:camita. Sortear el corso de Wong, visitar a la viejita, forcejear con el perro. Los mortales somos todos tuyos. ¿Qué te saca el domingo?

Normalmente soy Chaclacayo pero hoy me da un culo de flojera. “Un Oso Rojo” es todo lo que asoma en mi horizonte. Cine argentino en uno de los LCD que regaló La esquina del Prepago para nuestro reality de baile “Bataclanas contra Monstruos”. Salí disparado esta mañana apenas escuché a mi room mate desperezarse. Caminé los 39 pasos que me separan del Golden King, cafetería de coreanos donde –cuando tengo valor para salir al mundo– desayuno como gente. Cuando no lo tengo, me contento con Nescafé Gold, leche de tarro y tostadas Pyc. Pero hoy sí salí, me terminé tu libro después de haberlo leído como siempre hago.

Sweet Garden es la versión Carla de Golden King. Cada vez que llego ahí, la señorita cajera tiene a bien hacer mierda a sus empleadores e informarme cuántas veces pasó Laura Borlini. Un día probé algo llamado bocadillo de carne crocante. Las panaderías importan unos chinos japoneses. Los tienen viviendo en las cocinas, escogen a los mejores y a los que sobran los hornean y luego rocían sus partes secas saladas sobre los pasteles. Créeme, casi pierdo la vida al primer mordisco. Cada vez que voy, intento escuchar el gemido de algún jaladito pidiendo auxilio. Pero juro que un día los salvaré a todos. Hacen buen café.

No me prestas atención. ¿Por qué no me has pedido que te explique lo que quiero decir cuando digo: “me terminé tu libro después de haberlo leído como siempre hago”? Lo que debí haber escrito era: “me terminé tu libro después de haberlo PRESENTADO como siempre hago”. Estoy hasta las huevas de mis dendritas.

Mmm…¿relees tus propios correos después de que los envías? Mandarinas para estar bien de la cabeza. Obraré algunos milagros hoy, pídeme lo que quieras. Besos, mi Marichalar.

¿Marichalar? ¿El marido sibarita de la infanta? ¿Me estás comparando con él? Acabo de verlo en Google imágenes y he sentido mis bonos despapayarse estrepitosamente en la Bolsa de Valores. Qué triste, mi vida. Y se mece la hamaca tendida de aquí para allá, de allá para acá. No importa. Igual estaré siempre aquí para darte ánimo, consuelo y solaz, archiduquesa.

¡No te pareces a Marichalar, lorna! Simplemente eres un tío elegante como él. Tú eres mi Capote, mi Seymour Hoffman. Mi Guruguru. Ya no llores, Blancanieves.


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