Carlos Meléndez,Persiana Americana
La encuesta de Datum sobre la ideología de los peruanos muestra una cultura política que no es afín al sueño del crecimiento con instituciones democráticas. Aunque la gran mayoría (58%) tiene una posición mixta y difusa sobre libertades sociopolíticas y económicas, el segundo grupo más grande (31%) es totalitario.
El segmento ideológicamente más consistente, el totalitario, es materia prima para el populismo. Sus posiciones temáticas dan cuenta de ello. Mayoritariamente a favor de: la limitación de productos extranjeros al mercado local, la regulación de la inmigración, el “control“ de la homosexualidad, la financiación estatal a la iglesia y los sindicatos, el incremento de impuestos segmentados por niveles de ingreso, entre otros.
En cambio, los segmentos liberales (quienes afirman la vigencia de la libertad individual en materia económica y social), progresistas (izquierdistas en lo económico) y conservadores (derechistas en lo económico), son minorías elitistas cercanas al error muestral.
Mientras el debate opinológico estereotipa y polariza la batalla entre caviares y DBA, la encuesta demuestra que la influencia de ambos grupos es irrisoria. Ni los cálculos oníricos de un 20% de caviares son acertados ni el ‘neoliberalismo democrático’ ha vencido. En las mentes y los corazones de los peruanos, después de la indecisión, priman los reflejos autoritarios y retrógrados, el proteccionismo nacionalista y una visión de progreso de espaldas a la integración global.
La principal amenaza no asoma sobre la economía sino sobre las libertades individuales. Aunque suene paradójico, solo una coalición caviar-DBA (basada en principios liberales) puede lograr que la mayoría indecisa (el centro) tome, al menos, posiciones anti-totalitarias.
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