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"Cenaida Uribe le mintió al Congreso y al país"

“Cenaida Uribe faltó a la ética al presionar al exdirector del Alfonso Ugarte para beneficiar a la empresa de alguien con quien, es evidente, tiene una relación sentimental”, nos dice el expresidente de la comisión de ética.

Foto: David Vexelman.
Foto: David Vexelman.

Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

El lunes, nuestro Congreso fue escenario de otro hecho vergonzoso: el blindaje a la parlamentaria nacionalista Cenaida Uribe, quien hizo lobby para favorecer a Punto Visual, una empresa ligada a alguien cercano a ella. Tal fue el escándalo que casi todos los miembros de la Comisión de Ética, donde se vio el caso, renunciaron. El primero en hacerlo fue Humberto Lay, su presidente, quien nos explica las razones de su actuar.

La semana pasada, Mauricio Mulder dijo que la Comisión de Ética no servía para nada. Con el blindaje a Uribe, ¿debe existir esta comisión?
Cuando se aumentó el número de sus miembros –de 7 a 15, so pretexto de la ‘proporcionalidad’–, esta se politizó y, con lo sucedido el lunes con Cenaida Uribe, perdió su razón de ser.

A tal punto que todos sus miembros, menos los del nacionalismo, renunciaron…
Así es. Con las renuncias de los miembros del Apra, Fuerza Popular, del PPC, de Solidaridad Nacional, no queda sino replantear su conformación y, sobre todo, reducir sus miembros a siete. Sin embargo, con las renuncias mencionadas ya no hay comisión (ríe).

¿Quién mató la comisión?
La Junta de Portavoces, cuando decidió aumentar su número a 15. Excepto el PPC, que votó en contra, ninguna bancada se salva. Esto fue un tremendo error.

¿Qué pasa con el Congreso? ¿Por qué el blindaje?
En el caso Uribe primó el interés político del nacionalismo y se dejó atrás la imagen y la buena reputación del Congreso, que mejoraría si se sancionaran los actos antiéticos –y delictivos– de algunos de sus integrantes.

¿Hoy vuelve a ser cierta la expresión “otorongo no come otorongo”?
(Ríe) Lamentablemente, esa frase cobra actualidad. Gracias al trabajo de la Comisión de Ética habíamos logrado atenuar –y hasta desaparecer– esa idea, pero con lo sucedido con Uribe regresó esa vieja práctica de “otorongo no come otorongo”. Todo esto es muy lamentable.

¿Nuestro Congreso está lleno de pirañitas?
(Ríe) No, no es así. Lamentablemente, vivimos en una cultura de corrupción, de falta de valores y principios. Los partidos políticos, las instituciones, pueden tener las mejores normas, pero si no las aplican, ¿de qué sirven? Debemos cambiar nuestras estructuras mentales, culturales; de lo contrario, aunque cambiemos autoridades, congresistas, siempre volveremos a lo mismo. Debemos reeducar a nuestra ciudadanía para que esta escoja mejores líderes.

¿El nacionalismo tiene una doble moral?
No es solo el nacionalismo, el problema es generalizado. Cuando se trata de un miembro del mismo partido, no se toma en cuenta argumentos, indicios, pruebas, y se lo protege, pero cuando el denunciado es un opositor, el ataque es feroz y hasta sin razones. Esto es, sin duda, una doble moral: para los míos, bizcochito; para el enemigo, pan duro (ríe).

¿Qué piensa de la actuación de Mauricio Mulder? Su voto salvó a Uribe.
Estoy muy sorprendido con su accionar. Lo consideraba un político experimentado, inteligente, pero las últimas veces ha actuado de una forma bastante extraña. Ha dicho que renuncié a la Comisión de Ética para evitar ser investigado o para librarme del caso de Jhon Reynaga: algo absurdo. Primero, hoy que no la integro será más fácil investigarme. Segundo, el informe sobre el caso Reynaga ya está listo y lo íbamos a discutir después de ver el caso Uribe, pero con el blindaje a esta todo se frustró.

¿Con Mulder se cumple eso de que el Apra tiene una escopeta de dos cañones?
(Ríe) Lo que le puedo decir es que la semana pasada dijo que, desde que la Comisión de Ética tenía 15 miembros, no servía para nada, ¡pero él fue uno de los que argumentó a favor del incremento de sus miembros!

Mulder dice que el informe que pedía la sanción de 120 para Uribe tenía muchos errores…
No es así. Hemos sido muy cuidadosos y, si bien es verdad que no hay ningún documento, un audio, un video que demuestre el lobby que hizo a favor de Punto Visual, en derecho existe la prueba indiciaria: un conjunto de pistas que se basan en hechos comprobables y que apuntan hacia lo mismo… y esto es lo que nosotros encontramos en el caso Uribe, congresista que le mintió a la comisión, al Congreso y al país.

Con una nueva comisión, ¿el caso Uribe puede reabrirse?
La norma dice que, mientras no se apruebe el acta de la sesión, cualquier miembro de la comisión puede solicitar una reconsideración. Como no existe comisión, el acta no se ha cerrado. Entonces, cuando se instale la nueva Comisión de Ética, se puede retomar el tema y, antes de firmarse el acta, pedir una reconsideración. Así, el caso no se cerraría. Es más, parece que Ramos Heredia, nuevo fiscal de la Nación, revisará el caso.

¿Estaría dispuesto a presidir la nueva comisión?
(Ríe) No pienso en eso todavía.

AUTOFICHA

- A pesar de lo sucedido el lunes en la Comisión de Ética, yo seguiré en la política… y trabajando. Integro las comisiones de Vivienda, de Educación, de Cultura.

- Aún no sé si en 2016 seguiré en la política. Faltan dos años para esa decisión. Estamos trabajando en afianzar Restauración Nacional.

- Se dice que quiero proteger a Jhon Reynaga porque su asesor, Carlos Arturo Rodríguez, trabajó conmigo. Sí, él trabajó para mí, pero lo saqué del cargo por falta grave.


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