¿Qué lo animó a abrir este negocio?
Conocí la comida congelada mientras vivía en Estados Unidos, donde fui a estudiar. Era una opción práctica pues ahorraba tiempo, pero no era de buena calidad. Cuando volví a Perú, pensé que esa era una buena idea de negocio.
¿Cómo le va hasta el momento?
Fue difícil al principio. Los bancos no creían en el proyecto y se requería una inversión fuerte, sobre todo en refrigeración. Busqué a dos socios. Hoy ya vendemos en supermercados y autoservicios.
¿Qué proyectos de corto plazo tiene?
Exportar, este año llegaremos a Chile y en los próximos dos años pienso vender a Estados Unidos y a Colombia.
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