Luis Pinillos,Radioncólogo
Autor: César Martínez.
cmartinez@peru21.com
El doctor Luis Pinillos Ashton es uno de los radioncólogos más prestigiosos del país. Cree en la medicina preventiva como única forma de luchar contra el cáncer. Es muy importante leer lo que tiene que decir, en especial hoy, en el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer.
¿Cómo nació su vocación por la medicina?
Tengo cierta carga genética. Mi padre y su hermano eran médicos. Supongo que esos factores, de alguna manera, han influido. Pero, esencialmente, todo empezó el 3 de abril de 1960, a raíz de un grave accidente en motocicleta. Ahí vi lo que hacían los médicos y me interesó porque, hasta ese momento, soñaba con ser agricultor.
¿Cómo fue el accidente?
Bueno, el choque hizo que una de mis piernas tuviera cincuenta y tantas fracturas. Por eso no había forma de ponerle clavos. Pero un doctor de apellido Sotelo hizo magia. Me puso un enorme yeso y acomodó los ‘palitos de fósforo’ en los que se había convertido mi pierna. Le abrió una ventana al yeso, lo que hacía que entrara y saliera suero. Eso hizo que hubiera limpieza continua. Lo considero un mago. Después me enteré de que si esto no funcionaba, la otra alternativa era que me cortaran la pierna.
¿Y cómo se convierte en oncólogo?
Fue algo circunstancial. Cuando entre en la universidad, pensé en ser psiquiatra; después me convencí de que quería ser cardiólogo, luego me interesó la ginecología. Un día, mi padre tuvo un problema coronario y lo metieron en la cama. Entonces, casi como periodista, comencé a ir por las noches a su oficina para ver lo que ocurría con sus pacientes, necesitaba información de primera mano pues él quería mayor cercanía. Fue así como descubrí la radioterapia y todas las bondades que tenía esta especialidad, lo variada que era para tratar tumores en el cerebro, ginecológicos, en las partes blandas.
Existe la creencia de que el cáncer está aumentando peligrosamente…
No es así. Lo que está ocurriendo es una evolución natural de la enfermedad. En el Perú y en el mundo estamos viviendo una transición epidemiológica, que se ha vivido en diferentes momentos. Lo que pasa es que el aumento de la expectativa de vida hace que aparezcan las enfermedades que se presentan después de los 45 años. Y aunque el cáncer puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente a partir de los 45 o 50 años.
¿Se está haciendo lo suficiente para trabajar en la cultura de la prevención del cáncer?
Estamos en eso. Los médicos hemos sido preparados esencialmente para curar, y el pasar a ser preventólogos nos cuesta bastante. Pero eso ha cambiado bastante en los últimos 20 años pues tenemos el concepto de prevención bastante definido. El cáncer es una enfermedad catastrófica que puede ser prevenida o detectada tempranamente. Es la enfermedad crónica más curable que existe. Por ejemplo, ni la diabetes ni la hipertensión se curan, pero el cáncer sí.
¿Qué factores lo desencadenan?
Es un mal multifactorial. Por ejemplo, está la carga genética. Pero esta se dispara si le pongo los elementos acelerantes, como el tabaco, las infecciones de transmisión sexual, infecciones virales, sedentarismo. Siempre le he dicho a la población que el cáncer es como el cebiche: si solo tenemos el pescado, no es cebiche. Pero si le ponemos limón, sal, ají, cebolla, entonces sí es cebiche.
¿Y cree que la gente tiene la información adecuada para prevenir este mal?
Este tema, en gran parte, es responsabilidad del periodismo. Ustedes son los únicos que van a cambiar la historia del cáncer, enseñándole a la gente las cosas que son reales. Hay que insistir con el ejercicio y con una buena alimentación. La alimentación por sí sola no va a ayudar a prevenir. Es una asociación ganadora.
¿El Estado está interesado en tratar la enfermedad?
Me preocupa esa pregunta. El Estado no debe interesarse en tratar el mal. Su estrategia tiene que ir por la prevención. En Oncosalud, hace 23 años que tenemos un enfoque integral para enfrentar el cáncer, que va desde la educación, la información para la prevención, facilidades para la detección temprana, tratamiento con especialistas y el seguimiento hasta el final.
¿Cuán importante es el chequeo para los pacientes con cáncer?
No solo los pacientes: todos debemos chequearnos al menos una vez al año. Cuando era niño me decían que debía ir al médico cuando uno se enferma y me enseñaron las siete señales del cáncer. Esa es medicina del siglo pasado. Hoy tienes que ir al médico para que te interrogue, te mire e identifique tus factores de riesgo. Hoy, por ejemplo, el 95 o el 98% de cáncer de mama detectado a tiempo se cura con una pequeña cirugía y radioterapia. Hay que ir al médico cuando se está sano.
¿Y en cuanto a los alimentos?
Deben ser coloridos y sumamente balanceados.
AUTOFICHA
- Quería ser agricultor, pero un grave accidente en motocicleta –que me cambió la vida– hizo que, finalmente, me decidiera por estudiar Medicina.
- Circunstancialmente me convertí en oncólogo, al ayudar a mi padre a proporcionarle información precisa sobre sus pacientes.
- Hace 23 años fundamos Oncosalud, con el que hemos logrado enfrentar de manera integral el cáncer, con un 67% de éxito. Fui ministro de Salud.
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