Carlos Meléndez,Persiana Americana
El análisis de la campaña municipal en Lima se ha estancado en una fotografía de intención de voto: Luis Castañeda con 54%, Susana Villarán con 11% y Salvador Heresi con 6% (según reciente encuesta de GfK). Pero si se estudian con mayor profundidad los datos, se muestran espacios para el crecimiento de las candidaturas menos favorecidas.
Es necesario revisar la consistencia del voto de los favoritos. Según GfK, el núcleo de apoyo a Castañeda (los que definitivamente y probablemente votarían por él) está formado por exelectores de la actual alcaldesa. Casi un tercio de la intención de voto por Castañeda proviene del elector que apostó por Villarán en 2010 (y algo más de otro tercio del que lo hizo por Lourdes Flores). En el caso de las preferencias por la reelección de Villarán, dos tercios de su apoyo se mantiene desde el 2010, endosándose también una parte mínima del que votó por Flores.
El electorado de Castañeda contiene a decepcionados de la alcaldesa. Un tercio del apoyo por el exalcalde votó por el NO en la revocatoria (y casi la mitad obviamente por el SÍ). Si no es posible que todo este elector ‘progre’ y ‘liberal’ retorne a la candidata de la chalina verde, ¿podrá migrar a una tercera fuerza?
Sí, porque Castañeda tiene un anti-voto relativamente alto (28%), especialmente en jóvenes y estratos altos, que no necesariamente va a endosar a la alcaldesa (que tiene un anti-voto mucho mayor: 72%, especialmente en sectores bajos). Hay un elector limeño que busca alternativas, pero ninguna de las terceras fuerzas parece ser lo suficientemente atractiva. (Solo una quinta parte del voto por Heresi está conformado por el limeño que no votaría por Castañeda ni Villarán). Hay demanda, pero (aún) no oferta.
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