Carlos Meléndez,Persiana americana
Si se legaliza el aborto (y, por lo tanto, las mujeres empiezan a tener solo hijos bienvenidos), se criarían solo a aquellos a quienes se les pueda garantizar una adecuada formación. Así, cuando grandes, las probabilidades de una generación de personas hechas y derechas serán mayores a la de delincuentes y criminales.
Este es el argumento de los economistas Steven Levitt y John Donohue (el primero, coautor de Freakonomics). Demuestran empíricamente que el crimen en EE.UU. comenzó a reducirse 18 años después de que se legalizara el aborto. De hecho, dicha legalización explica la reducción del 50% del crimen en ese país. La hipótesis fue confirmada en contextos tan diversos como Australia y Rumania.
Llevemos la tesis al caso peruano. ¿Acaso el crecimiento de la inseguridad en los últimos años sea el reflejo de nacimientos indeseados entre finales de los ochenta y principios de los noventa, cuando el país atravesaba su crisis más generalizada? ¿Cuáles son las consecuencias sociales de traer al mundo niños que van a crecer en situaciones caóticas? El debate local sobre la legalización del aborto es incompleto porque han dominado posiciones principistas basadas en valores religiosos o derechos fundamentales, dejando a un lado las potenciales consecuencias sociales y la mirada de largo plazo. Si Ud. “marcha por la vida”, sepa que no todo tiene que ver con la satisfacción de sus creencias. Piense también en la sociedad. O en el prójimo, como quiera llamarlo.
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