José Lara y Eduardo Macazana
El hombre récord de la Bundesliga, el ‘Bombardero’ del Bayern Munich, el capitán de la selección, es tan sencillo como nosotros. Padre de tres hijos, amante de los caballos y del arroz con pollo; enamorado de la mujer de su vida, Karla Salcedo, y con ansias de ir al Mundial. Claudio Pizarro en esencia.
¿Crees que ha mejorado tu popularidad con la gente o sigues siendo resistido?
Nunca he tenido problemas con el público; cada vez que llegaba acá, todo bien. Había uno que otro que salía a gritar y ya aparecían varios. Pero, cuando venían uno o dos, me decían “una foto con mi hijo, por favor”, y yo encantado, nunca me he negado.
Te han hecho fama de pituco, pero tu familia no es rica…
Para nada. Ahora, nunca me faltó un pan que llevarme a la boca. Pero, a veces, ese pan no era con mantequilla, era pan solo (ríe). Luego, todo ha sido con mucho sacrificio.
Sacrificio como en tus inicios en Deportivo Pesquero…
Allí vivíamos cuatro personas en la misma casa. Una casa chiquita, cada uno tenía su cuarto. Yo ganaba 400 dólares y 200 se me iban en pagar ese cuarto. El resto lo estiraba hasta fin de mes. Éramos chicos y a veces nos íbamos a comer con los mayores porque ellos pagaban ja, ja, ja.
¿Qué encuentras en el vestuario del Bayern que no haya en uno del torneo peruano?
La diversión es la misma. Ribery y Mandzukic son ‘chacoteros’, joden en todo momento. Pero, por ejemplo, allá no se escucha música en el vestuario. En Pesquero no teníamos jabón; allá tenemos jabón, perfume, hasta un restaurante. Acá tomábamos agua después de la práctica. Allá, jugos de frutas, vitaminas. En las concentraciones, tú tienes tu propia habitación. Yo veía todo y decía: “¿Qué es esto?”.
¿Vislumbraste todo lo que podrías lograr en el fútbol?
No. Esto fue paso a paso, como es la vida. Todo se fue dando, y uno siempre quiere más, y luego se da, y te pones otro objetivo más. Así se dio todo, cada paso y objetivo que lograba. Luego me ponía otro.
¿Siempre pegado al fútbol?
Al principio me pasó, como seguramente les pasará a muchos jóvenes, la idea de ser marino por la influencia de mi papá. También en un momento practiqué tenis, pero más pudo el fútbol.
Una ventaja de ser famoso…
El llamar a un restaurante lleno y decir: ‘Hola, te habla Claudio Pizarro, ¿crees que tengas una mesa?’, y te la dan.
¿Te afectan las críticas que sueles recibir?
Claro que me importa lo que piensa la gente de mi país. Pero no puedo lamentarme por un penal o por perder un partido. Ya no me entran balas.
Pero es inevitable preguntarte si piensas en el penal fallado ante Argentina…
Uno tiene que ser mentalmente muy fuerte porque estas cosas pasan en el fútbol. De inmediato viene la siguiente jugada por el gol.
¿Te molesta la imitación de Carlos Álvarez?
No lo veo, de verdad. Mientras no me falte el respeto, yo no tengo problemas. Pero es la imagen que él me crea; incluso mis amigos me molestan y me dicen: “Ya no seas pituco, oye”.
¿Fue el mismo Mourinho el que te pidió ir al Chelsea?
Estaba a un día de firmar por Villarreal y recibo una llamada (imita la voz): “¿Claudio? Aquí José Mourinho. Tu juego me parece interesante y me gustaría tenerte en mi equipo. ¿Quién es tu representante? Dale mi número”. Cuando fiché, me informaba por mensajes de la pretemporada.
¿Tus niños son alemanes?
Han nacido en Alemania, pero ellos dicen “soy peruano”. A veces les pregunto, por ejemplo, ¿quién se tiró del Morro de Arica? Y me responden: Alfonso Ugarte, ja, ja, ja.
¿Qué tan importante es una mujer para un futbolista?
Una esposa, una novia o una enamorada lo puede llevar al éxito o al fracaso, es vital. Mi mujer entendió mi trabajo, hoy tenemos 13 años de casados, con altas y bajas, pero sigo enamorado de ella.
¿Una comida y un hobby?
Arroz con pollo verde y papa a la huancaína. Como hobbies, los caballos, el póquer, los relojes y los vinos tintos. También el cine. Aquí fui, pero era “2×1” y estaba lleno. Tuve que sentarme en primera fila.
¿Cambiarías tus récords en Alemania por ir al Mundial?
Ufff… qué difícil. Creo que mejor es conseguir las dos cosas. No voy a cambiar nada de lo que ya gané. Más bien, puedo conseguir lo otro, esa es mi meta. Yo les he dicho a los muchachos que quiero ir al Mundial, y solo con su ayuda se puede hacer realidad.
La última: ¿hace cuánto no te subes a una combi?
Ufff… me muero de ganas de subir como cuando era chico. Cuando vienen mis hijos, los quiero subir en una. Hemos ido a Chimbote para que vean de dónde viene su padre.
DATOS
- Pizarro tiene 34 años y ostenta varios récords: máximo goleador extranjero en la historia de la Bundesliga (160 goles), máximo goleador peruano en Europa con 229 goles en torneos oficiales, y extranjero con más presencias en la Bundesliga (337 partidos jugados).
- Lleva 13 años en Alemania y habla el idioma perfectamente. “Zambrano también habla muy bien, Paolo igual. A ‘Jeffry’ no lo he escuchado hablarlo”, dice ‘Pizza’.
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