El Barcelona empató hoy sin goles contra el Osasuna, puso en riesgo su liderazgo de la Liga española de fútbol y quedó apenas tres puntos por encima del Real Madrid a una semana del clásico.
El equipo dirigido por el argentino Gerardo Martino resignó sus primeros dos puntos en el certamen y podrá caerse de lo más alto de la tabla si el Atlético de Madrid le gana más tarde al Espanyol.
El equipo catalán cortó así su racha ganadora en ocho victorias consecutivas y no pudo igualar el récord del Real Madrid de la temporada 1968-69, que cosechó nueve triunfos al hilo.
Como si fuera poco, el equipo azulgrana permitió que el Real Madrid se quedara apenas a una victoria de distancia, ya que los blancos se impusieron antes por 2-0 contra el Málaga.
Los dos equipos más grandes de España se enfrentarán la semana que viene en el primer clásico oficial de la temporada, que representará el primer duelo entre los máximos rivales para los entrenadores Carlo Ancelotti y ‘Tata’ Martino.
El Barcelona se complicó nuevamente en un estadio que supone casi siempre uno de los principales obstáculos de su temporada.
Así, los azulgranas no pudieron celebrar el regreso de Lionel Messi, tras tres encuentros de ausencia, y el de Carlos Puyol, que volvió a la actividad después de casi ocho meses de inactividad por problemas con una de sus rodillas.
El Osasuna, por su parte, sumó su tercer encuentro sin victoria de los último cuatro disputados y permanece comprometido con los puestos de descenso, aunque valoró el punto como una victoria, dada la magnitud y presente futbolístico del rival.
Con el regreso de Puyol a la actividad después de casi ocho meses y con un Neymar como referente ofensivo, el Barcelona trató de defender su liderazgo en Liga en un estadio que siempre le complicó.
La doble línea de resistencia de los anfitriones conformada por los mediocampistas y los defensores supuso un cerrojo difícil de abrir para el conjunto azulgrana.
Además, el pobre estado del campo de juego obligó a los visitantes a perder más tiempo en los controles del balón y le quitó velocidad y sorpresa a sus ataques.
La primera parte tuvo a un Barcelona conductor del juego pero sin las herramientas necesarias como para amenazar con criterio la portería de Andrés Fernández.
Así, la única llegada clara de la mitad inicial fue un cabezazo de Marc Bartra por encima del travesaño.
La perseverancia y fe en el estilo de juego permitió al Barcelona encontrar algunos huecos en una defensa que ya no se mostraba tan veloz ni efectiva como en el primer tiempo.
Mientras Messi empezaba con el trabajo de calentamiento a un costado de la cancha, el Barcelona se acercaba nuevamente al primer gol con un centro raso violento de Martín Montoya que Neymar estuvo a punto de convertir en gol con una estirada en vano dentro del área pequeña.
El guardameta local atajaría luego un tiro débil de Cesc Fábregas en la última jugada de peligro de los visitantes antes del ingreso de Messi al campo.
El crack argentino no pudo desequilibrar demasiado a lo largo de sus 25 minutos en cancha. Sólo amenazó la portería local con un tiro desde fuera del área muy desviado y con una definición pobre dentro tras un error de control dentro del área.
El Barcelona se atascó en Pamplona y dejó sus dos primeros puntos en el camino en el momento menos esperado.
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