Mijail Palacios Yábar
@mijailpy
Los años 2006, 2007 y 2008 serán recordados como el punto de quiebre para una parte de la música peruana. El Grupo 5 empezaba a sonar fuerte en las radios y se alistaba para lo que sería un nuevo boom de la cumbia. Bareto tocaba los primeros acordes para revivir ‘Mujer hilandera’. Y en Arequipa, Los Fabulosos Chapillacs debutaban en el pasaje Del Solar tocando ‘Se ha muerto mi abuelo’ nueve veces, porque solo tenían cinco canciones. Hoy celebran su primera década, tiempo en el que han destacado por su manera particular de hacer cumbia psicodélica, lo que los ha llevado a Chile, Argentina, Brasil y a telonear a Los Fabulosos Cadillacs por pedido expreso del Sr. Flavio, el bajista del grupo argentino.
Precisamente, el nombre de la banda hace alusión al grupo argentino y a Los Shapis de Chupaca, Junín. Ambos, son algunos de sus héroes musicales. Sin embargo, por ser de Arequipa se ha relacionado el nombre con la Virgen de Chapi, algo que ellos aclaran que más allá de ser un homenaje a la imagen religiosa, es una suerte de sátira.
“Es una forma de mofarnos de cierta religiosidad, que en Arequipa es súper fuerte”, explica Renato Rodríguez, el baterista.
Pero la historia empezó en 2004, cuando eran parte del colectivo Cerco Eléctrico, que reunía a bandas que hacían ska, jazz, fusión. Así, Yawar Mestas (bajo), Gabriel Infantas (guitarra), Renato Rodríguez (batería) y Jim Quezada (guitarra) redescubrieron su gusto por la cumbia y fueron los primeros Chapillacs.
“En el ADN de los peruanos está la cumbia”, nos dice Yawar. “Pero en realidad no somos un grupo de cumbia o chicha. Usamos el término, pero al final nuestra música es diferente”, interrumpe Jim.
A las faldas del Misti
Les preguntamos si ser de Arequipa es una ventaja o desventaja. Inmediatamente, todos alzan la voz y aseguran que no les favorece, “porque en el Perú hay mucho centralismo”, cuestiona Yawar.
Incluso, para tocar en Arequipa ha sido difícil. “Hay muy pocas bandas que presenten un proyecto propio. Los mismos locales te piden que toques Soda Stereo, Los Prisioneros, etc. Cuando empezamos, no nos habrían las puertas y hasta ahora padecemos…”, dispara Marco Infantas, en el teclado.
“La gente aún se avergüenza de la cumbia, de la chicha”, añade Yawar. “En Arequipa es notorio el desprecio que hay por la cumbia. Se cree que la chicha no es cultura, que es para ladrones. Así piensan incluso las personas que están en cargos de cultura dentro de las entidades estatales”, subraya Jorge Infantas, el vocalista, y agrega que “de los mismos festivales conocidos siempre nos llaman, pero nos quieren dar un sencillo, nos minimizan porque somos de Arequipa”.
(Foto: Luis Centurión)
La indignación continúa. “Las dos veces que hemos tocado en la Feria Internacional de Arequipa (FIA) es porque los Cadillacs lo han pedido, sino jamás nos iban a llamar”, opina Jim. Finalmente, Yawar remata señalando que “en Arequipa todo es rock, y como nosotros tocamos cumbia eso también nos complica”.
Pese a las piedras en el camino, después de una década y a la luz de lo logrado, podemos afirmar que Arequipa tiene al Misti, al rocoto relleno y a Los Fabulosos Chapillacs.
DATOS
Este viernes tocan con el argentino Fidel Nadal, el 22 en el Festival Descabellado (Lima) y el 19 de agosto, en el Jardín de la Cerveza junto a Libido, Amén y más bandas.
Para noviembre serán parte del primer festival nacional de cumbia, en Arequipa.
También alistan su segundo disco, que se llamaría ‘Soldados de la noche’. Al parecer, uno de los invitados para grabar una canción sería Daniel F.
Su primer disco está en redes como Spotify, se llama Odisea Cumbia 3000.
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