02.MAY Jueves, 2024
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Marco Bracamonte: 'Ariel ha sido el principal confabulador contra Eva'

El padre de los hijos de la asesinada empresaria Myriam Fefer aseguró que Ariel es rencoroso pues en el colegio sufría ‘bullying’ por su orientación sexual.

Marco Bracamonte defiende la inocencia de su hija Eva. (Mario Zapata)
Marco Bracamonte defiende la inocencia de su hija Eva. (Mario Zapata)

César Martínez
cmartinez@peru21.com

¿Ya ha podido comunicarse con su hija?
Evidentemente, hemos tenido comunicación con mi hija. A mí lo que me preocupa es que estaba en un estado de depresión por lo todo esto que venía aconteciendo y, según me explicaba el doctor, cada vez que viene un hecho que podría darle esperanzas, ese tipo de ansiedad y angustia se agudiza, porque muchas veces se ha visto sometida a situaciones similares y el resultado ha sido completamente negativo. Entonces, es algo que en lugar de hacerle bien, le hace daño. Ella tiene como una negación: mientras ella no se vea completamente libre, ella no lo va a creer, no lo termina de asimilar. Eso es lo que más me preocupa, pero estamos tomando las medidas pertinentes para que tenga el debido soporte para sobrellevar esta situación.

El 21 de agosto, la Corte Suprema realizará una nueva audiencia sobre el caso. ¿Tomará Eva la palabra, tal como lo hizo el 15 de junio?
Para serte sincero, no sé exactamente cómo es esta situación, si es que ella va a poder dirigir. Me parece que no corresponde. Honestamente, eso se lo tendrían que preguntar al abogado. Me parece que ya no. Me parece que simplemente (se dará) el voto dirimente de un nuevo magistrado, que después de analizar el caso se pronuncia. Pero creo que ya no hay mayor participación de las personas implicadas ni nada de eso.

Lo que queda claro es que en los próximos días no se producirá la libertad de su hija…
Parecería que así es. Yo no conocía cómo eran las cosas, qué se tenía que hacer, los pasos regulares, y parecería que es así. Estamos, por eso, preocupándonos porque mi hija tenga un soporte médico en el tema de la depresión ahí mismo, en el interior del penal, para evitar cualquier riesgo.

En caso de que se produzca un nuevo proceso legal, ¿aportará usted las pruebas que ha acumulado en este tiempo, entre ellos los correos electrónicos que cuestionan la actitud de su hijo Ariel?
Sí, naturalmente. Por eso, tanto los mails como los mensajes de texto telefónicos los hemos enviado ya a la Fiscalía para que ordene su respectiva investigación y se puedan determinar que son auténticos.

¿Es consciente de que esto podría comprometer la libertad de su hijo Ariel?
Sí, evidentemente. De que puedan comprometer su libertad, no, pero sí lo compromete en una investigación que se tiene que hacer. Evidentemente yo no estoy acusando a Ariel. En lo que sí estoy siendo claro es de que las investigaciones nunca fueron en otras direcciones que hubiera sido necesario investigar también.

¿Y cuáles debieron ser esas direcciones?
Están señaladas en el expediente. Yo sinceramente no quiero ahondar en el tema por temas de seguridad personal y por la seguridad de mi hija. No quisiera ahondar en ese tema porque no me corresponde tampoco a mí; es a la Policía y a la Fiscalía (a la que le corresponde indagar) si van a investigar o no hacia las otras direcciones por las que nunca lo hicieron.

¿Cómo les llegan estos correos?
Los correos llegaron acá, los deslizaron en un sobre por debajo del portón de la cochera. Contenían algunas hojas con algunos correos impresos y un USB que luego lo sometimos a peritaje. El tema de los mensajes (telefónicos) nos llegó vía correo, pero, igualmente, tuvimos que someter el material a peritaje y después yo decido no hacer público esto. Al parecer, esa inacción motivó a que estas personas los presentaran públicamente a todos los medios de comunicación. En un principio pensé que no iba a ser necesario complicar más las cosas para Ariel. Pero si las cosas se dieron así, no hay vuelta atrás. Ya está hecho y que se investigue. Y que sobre todo se corrobore la veracidad de esta información que, como repito, ya la verifiqué. Nosotros nos encargamos de eso para no poder, de repente, cometer ninguna injusticia ni tampoco terminar comprometidos como para que nos demanden por difamación.

¿Se ha enterado del mensaje de Twitter que envió Ariel en el que dice: “Parece que Eva Bracamonte sale de prisión y su padre toma la posta. Difamación agravada es delito penado. Veremos si su hijita le lleva fruta”?
Me han comentado de eso. Yo no lo he visto porque no reviso ese tipo de medios pero, evidentemente, me he enterado. Bueno, está bien. Yo no tengo ningún problema. Yo sé que todo lo que he dicho es verdad. Tengo pruebas para cada cosa que yo he salido a manifestar durante todas y cada una de mis presentaciones, he ido con la documentación que sustenta y siempre se la he ofrecido a los medios. Si quieren una copia de esto o de aquello, la tengo y se las puedo hacer llegar. A diferencia de mi hijo Ariel, quien lo único que hace es enlodar gratuitamente a cuanta persona se atreva a defender a su hermana.

Imagino que, como padre, esta es una situación muy dolorosa para usted, ver enfrentados a sus hijos.
Es evidente, pero tengo que sobreponerme. Yo lo que estoy defendiendo en este caso es a mi hija, que es inocente y de lo cual estoy absolutamente convencido. Si no tampoco habrían habido dos votos por la absolución de mi hija de todo este caso, porque no existe una sola prueba. Además, es evidente que su propio hermano ha sido el principal confabulador para todo esto. Es una pena que esto ocurra, pero es así. Está actuando motivado por el odio, el resentimiento y, peor aún, la avaricia. Tengo que ser fuerte para conseguir la libertad de mi hija, que no tuvo ningún tipo de participación en este hecho y que su hermano tercamente se empeña en no reconocer. A él no le interesa que sea otro el culpable. En lugar de alegrarse porque todos estos indicios en contra de su hermana se han ido desvaneciendo, al haberlos analizado e investigado, en vez de alegrarse se enfurece y monta en cólera, comienza a atacar a todo el mundo cuando debería alegrarse. Un hermano que ama a su hermana haría eso. Se alegraría que no sea ella la culpable y más bien comenzaría a preocuparse porque las investigaciones vayan en la dirección correcta. Ese no es el caso de Ariel. Tal parece que lo único que le interesa es que sea su hermana la culpable, porque de otra manera no tiene nada que ganar.

¿Por qué cree que Ariel actúa de esta manera?
Yo lo he explicado muchas veces. Su hermana no tiene la culpa de que en el colegio él haya padecido ‘bullying’ por su opción sexual. Ella no tiene ninguna culpa de eso. Tampoco tiene la culpa su hermana de que el abuelo le haya regalado la casa en la que él vivía. Tampoco tiene la culpa Eva de que el abuelo le haya heredado el tercio de libre disponibilidad dejándole la empresa Sideral a ella. En nada de estos hechos tiene la culpa su hermana. Son cosas que le tocó vivir y que lo hubiera podido enfrentar de otra manera. Si hubiera pedido ayuda, si hubiera acudido a mí o a su propia madre en ese entonces, esto no habría terminado de esta manera. Ensañarse contra una persona solamente porque efectivamente la prefirieron de una manera… ¿Qué culpa tiene ella? Esto es algo completamente anormal.

¿Usted tiene alguna sospecha sobre quién ha podido mandar a asesinar a su exesposa?
Yo no puedo pensar ni creerme la historia de que Ariel tuvo la cabeza y el conocimiento necesarios para planificar un crimen como este. Eso, definitivamente, no me lo voy a creer nunca. Que él está aprovechando para conspirar contra su hermana y sacar beneficio en su provecho, de eso lo acuso. Y que pudo haber tenido conocimiento o estar en complicidad de alguna forma, también. Eso sí puede ser. La mente que creó todo esto, definitivamente, no ha sido la de Ariel. Porque, por más inteligente que sea, él no está en la capacidad. Esto ha sido elaborado por mentes que conocen muy bien todo el teje y el maneje del Poder Judicial, de los procesos, cómo se pueden influir, cómo se pueden manejar, cómo se pueden cambiar. Aquí es evidente que, desde el inicio de las investigaciones, hubo tremendas irregularidades que hay que ser ingenuos para pensar que eran meras negligencias. Aquí tiene que haber habido corrupción. Y yo no me voy a tragar el cuento de que lo hizo solo Ariel. Ha habido alguien que ha estado direccionando todo. Además, hay otra cosa que quiero dejar en claro. A mí no me corresponde determinar eso. Lo único que quiero es que mi hija no pague por un crimen que no cometió. Si la Policía y la Fiscalía están determinadas en encontrar al verdadero culpable, en buena hora. A mí no me toca eso. No me voy a meter en ese tipo de cosas porque no voy a arriesgar ni la vida de mi hija ni la mía.


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