A menos de tres días de que un joven asesinara y descuartizara a su hermano, un caso similar conmocionó a la capital. Esta vez, un confeccionista de prendas de vestir acabó con la vida de su esposa y luego de cercenar sus restos, los arrojó cerca del río Rímac en San Juan de Lurigancho.
Este macabro crimen ocurrió la madrugada del martes en la vivienda ubicada en el jirón Piroxeno 624, urbanización Manco Inca, en el mencionado distrito. Ahí vivía la víctima, identificada como Aura Arteaga Ipanaque (29), con sus dos hijas.
Su esposo Nolverto Melgarejo Picoy (26), de quien estaba separada desde hace unos meses, llegó a visitarla. Ambos sostuvieron una pelea e, incluso, una de las hijas vio cuando su padre golpeaba a su madre.
Al amanecer del miércoles, la mujer simplemente había desaparecido. Sus hermanas denunciaron el hecho en la Divincri del referido distrito.
Todas las sospechas recayeron en Melgarejo. Así, la mañana de hoy, al ser interrogado por la Policía, este confesó que había asesinado a su pareja.
Dijo que la había estrangulado y luego descuartizado con una sierra y un cuchillo. Parte de los restos los enterró a orillas del río Rímac, a la altura de Puente Nuevo.
También llevó a los detectives a una casa deshabitada en el sector El Valle, en Jicamarca, donde también habría intentado ocultar el cuerpo. Se informó que el móvil del crimen fue la negativa de la mujer de regresar con su cónyuge.
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