Perú y Bolivia pusieron fin este miércoles en París a una querella sobre el reconocimiento por la Unesco de la fiesta de la Virgen de la Candelaria impugnada como propia por La Paz y el organismo mundial accedió a aprobar solicitudes de ambos países a integrar el patrimonio de la humanidad.
El comité intergubernamental de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco anunció el miércoles la inscripción en su “lista representativa” de la solicitud de Bolivia sobre las celebraciones del Pujllay y Ayrichi de la cultura yampara de Chuquisaca.
Fuentes del organismo adelantaron que la candidatura de Perú sobre la fiesta de la Virgen de la Candelaria de Puno se aprobará a más tardar el jueves.
El miércoles, Bolivia y Perú acordaron una declaración conjunta. “La ancestral e histórica cooperación que existe entre nuestros países y pueblos nos compromete a trabajar en la investigación, salvaguardia y promoción conjunta de nuestro patrimonio”, proclama el documento.
Tras la presentación de la solicitud peruana de reconocimiento de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, Bolivia había elevado a la Unesco una reclamación oficial contra Lima, por considerar que se trataba de tradiciones bolivianas.
Realizadas cada año en febrero, las fiestas que atraen a miles de turistas incluyen procesiones en las calles de Puno, concursos de danza, misas y festejos.
La reacción de protesta del gobierno de Evo Morales ocurrió a raíz de un video de promoción peruano que mostró danzas tradicionales que, según los bolivianos, solo comenzaron a bailarse en las fiestas de Puno a partir de 1968.
Según La Paz, las danzas presentadas en el video como peruanas se bailan desde hace más de un siglo en el Carnaval de Oruro, ancestral celebración pagana reconocida en 2001 por la Unesco como patrimonio de la humanidad.
La querella alimentó protestas en ambos países y Evo Morales despachó a París a su ministro de Culturas, Pablo Groux, al frente de una delegación oficial encargada de defender la causa boliviana ante el comité de la Unesco.
Bolivia llegó a amenazar con retirarse de la Unesco y una organización boliviana de defensa del folclore convocó a actos de protesta en cinco ciudades andinas del país y en varios países donde hay fuerte migración boliviana como Argentina, España y Estados Unidos.
Los representantes de Perú y Bolivia enterraron la controversia en París al reconocer en su declaración común que “la inscripción en la Lista Representativa no implica exclusividad” y que “las danzas, música y vestuarios del pueblo de Puno son acompañadas por las danzas, música y vestuarios del pueblo de Bolivia”.
Tras la aprobación por el comité de la Unesco, que este miércoles se daba por descontada en la sede del organismo en París, las fiestas de la Candelaria pasan a ser reconocidas como patrimonio de la humanidad. Horas antes, el mismo comité había admitido en la lista al Pujllay y el Ayarichi, formas musicales y coreográficas de la cultura boliviana yampara.
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