Mariella Sausa
Doña Flora Baldeón Olivares tiene 60 años y cuida mucho su piel y su salud. Con sol o sin él, nunca sale de su casa sin una sombrilla y sin aplicarse bloqueador solar. Pero no siempre fue así. Flora trabajó por más de 20 años como vendedora ambulante y entonces no sabía que debía protegerse de los rayos ultravioleta. “Tenía un granito que me fastidiaba, me picaba y molestaba. Iba creciendo y hasta sangraba y yo no le daba importancia, hasta que me di cuenta que tenía un cáncer”, cuenta.
Flora tuvo ese lunar durante varios años. “Tenía la forma de una coliflor y colores oscuros. Cuando había sol, me ardía; si me lavaba la cara sangraba. A veces yo estaba en el ómnibus y la gente me decía: señora su cara está sangrando. Pero para mí era normal, porque el granito cicatrizaba. No advertía el peligro”, comenta.
Un día Flora estaba viendo un programa de televisión en el que los médicos de la Liga Contra el Cáncer daban indicaciones sobre cómo reconocer un lunar canceroso. “Fui corriendo a verme al espejo y me di cuenta que mi lunar era sospechoso, así que fui al médico y confirmó mi sospecha: tenía cáncer de piel”, refirió.
Felizmente Flora detectó el cáncer a tiempo. Fue operada con éxito en el Hospital Cayetano Heredia y ahora está en tratamiento porque le siguen saliendo lunares en la cara. “Ahora ya sé de qué se trata y a todas las personas que veo en la calle les hablo para que se chequeen; algunos me hacen caso, pero muchos no. Falta conciencia”, se lamenta.
Pero Flora no es la única. Don Dante Castaman también sufrió cáncer de piel y detesta que la gente no se proteja de la radiación solar. “Mi melanoma fue agresivo, por eso tuvieron que intervenirme dos veces y sacarme más de la mitad de la oreja. Yo estaba aterrorizado porque todo avanzó muy rápido. Desde que lo detectaron hasta que me operaron y comencé a rehabilitarme con radioterapias pasaron solo seis meses. El tratamiento quemó parte de mi piel, pero me salvó la vida”, cuenta Dante.
El paciente atribuye la enfermedad a su oficio de taxista. “Sentía que la piel me quemaba, pero solo me echaba agua y no me daba cuenta que el daño era grave. Ahora uso sombrilla, gorro, lentes, bloqueador y todo lo que sea necesario. No me interesa que la gente me mire o se burle, mi salud es primero”, asegura.
NO HAY CIFRAS REALES
En el Perú aún hay mucha gente que no se protege de la radiación. Según el Ministerio de Salud, en Lima, el cáncer de piel ocupa el cuarto lugar entre los cánceres más frecuentes. En el norte ya se posicionó en el segundo lugar. Se estima que cada año se presentan 1,200 nuevos casos y cerca de 500 personas fallecen por esta enfermedad.
Empero, para la Liga contra el Cáncer este mal debería estar en el primer lugar de incidencia en el país. “Esto no ocurre porque hay un subregistro y la mitad de los casos no está en la estadística formal. Solo se cuentan los casos de cáncer de piel tipo melanoma, que son más agresivos y mortales. Empero, los cánceres de tipo no melanoma, que son más numerosos, no se contabilizan”, explicó Raúl Velarde, director de la Liga Contra el Cáncer.
El especialista precisó que el cáncer de piel tiene baja mortalidad si se compara con otros tipos de cáncer, como el de pulmón, por ejemplo, pues mientras que en este caso el 95% de afectados fallece, por el cáncer de piel solo mueren 1 o 2 personas de cada 100.
“Sin embargo, eso no significa que no sea peligroso, pues puede afectar a 40 o 50 personas de cada 100,000 peruanos y causar daños graves. La cabeza y el cuello son las partes más afectadas”, sostuvo.
ALTA RADIACIÓN
De acuerdo con los expertos, la primera causa del cáncer de piel es la alta radiación solar y ello coincide con que el Perú se ubica en una zona tropical donde la radiación ultravioleta llega con mayor incidencia. Nelson Quispe, experto del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), explicó que en el Perú la zona del Altiplano de Puno es donde se presentan los valores más altos de radiación, pues se ha registrado índices extremos de hasta 20 puntos UV.
“Otras zonas afectadas son Junín y Arequipa. En estas zonas de altura, en verano, al mediodía y con un cielo despejado, la radiación llega directamente. Pero en ciudades costeras, como Máncora, que están a una menor altura, de alguna manera la nubosidad las protege”, señaló.
Velarde advirtió que la piel tiene memoria y acumula el daño solar que ha recibido desde temprana edad. “Por eso el cáncer se suele presentar a partir de los 40 años”, anotó.
Victoria Morante, presidenta del Círculo Dermatológico del Perú, agregó que la exposición prolongada al sol puede causar quemaduras solares y el envejecimiento prematuro de la piel, dando lugar a lesiones premalignas o malignas, como el melanoma.
“Un melanoma puede evolucionar y ser fatal en solo un año o hasta en seis meses y, aunque la mayoría de afectados son personas mayores de 40 años, cada vez se ven más casos de jóvenes que buscan atención por lesiones premalignas”, manifestó.
TENGA EN CUENTA
- La Liga Contra el Cáncer realizará una campaña para prevenir el cáncer de piel en Chincha, Moquegua, Trujillo, Chiclayo y Arequipa, las ciudades con mayor radiación ultravioleta en el país.
- A través de la campaña se realizarán despistajes y talleres educativos, y se distribuirá más de 50 mil bloqueadores solares.
- El Senamhi pondrá en marcha desde enero un nuevo modelo para medir la radiación ultravioleta en diversas ciudades del Perú.
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