El placer del sonido

Vivir una experiencia sexual más intensa es una gran motivación para muchas personas. Dicho interés provoca una búsqueda en diversos campos. Como la música, por ejemplo. Uno de los temas favoritos de los portales digitales es, precisamente, elaborar soundtracks para tener relaciones sexuales.

Una sencilla búsqueda en Google –digiten música + sexo– basta para comprender que, en efecto, existe una interesante oferta de sugerencias melómanas. Hay titulares como ‘música y sexo: 10 canciones para follar’, ‘música de fondo para la intimidad”, ‘las mejores canciones para practicar sexo’, ‘la playlist perfecta para una noche de sexo’, ’10 canciones ideales para tener sexo’, ‘arpegios eróticos: cómo la música influye en la sexualidad’, entre otros.

La pregunta que cabe hacerse es la siguiente: ¿hay parejas que puedan soportar un encuentro amatorio que dure lo mismo que una banda sonora tan extensa? “Me imagino que esas listas de diez o veinte canciones no son solo para un encuentro, sino para una temporada, ¿no?”, bromea Rebeca Podestá, psicóloga y especialista en salud sexual. “Además, –dice Podestá– hay que recordar que las relaciones sexuales que se prolongan por muchos minutos pueden causar malestar, sobre todo por la fricción”.

¿EFECTO AFRODISÍACO?
Hace dos años, el servicio de música digital Spotify realizó un estudio sobre qué canciones eran las más ‘hot’. Uno de los sorprendentes resultados fue que todas las piezas de la banda sonora de Dirty Dancing película de 1987 protagonizada por una elástica y desatada Jennifer Beals resultaban ideales para el momento del sexo.

Lo cierto es que la música no es precisamente un afrodisíaco, pero sí un elemento que influye en muchas personas. Al estimular la producción de las hormonas del bienestar y reducir la liberación de las hormonas del estrés, escuchar música –la música que a uno le gusta– puede convertirse en una actividad que allana el camino para disfrutar mejor el sexo. Las canciones ayudan a relajarse, a sentirse en confianza con el ser amado, a conectarse con un ritmo: es decir, son efectos claves para tener una experiencia íntima de calidad.

Con respecto a las listas universales y bandas sonoras eróticas, Podestá se muestra escéptica. “No creo que funcione para todas las personas”, señala la especialista “Lo que le guste a un holandés, digamos, no tiene por qué gustarle a un peruano. Debe existir una conexión especial con la canción para que se produzca el efecto deseado”. Para tomar nota.

SABÍA QUE

- De acuerdo con el estudio de Spotify, en el que participaron 2 mil británicos, la canción ‘Bohemian Rhapsody’, de la banda Queen, es mejor que el sexo mismo.

- Una curiosidad científica: según un estudio del Institut Marquès de Barcelona, la música de Barry White eleva en 4.5% la tasa de fecundación in vitro.