Muchos varones tienen una costumbre poco agradable para sus parejas: observar a otras mujeres. Si estuvieran solos, no habría problema. Lo realmente incómodo para ellas es que tal contemplación ocurre cuando ambos están juntos.
“Es un descarado”, dice Fanny (34). “Cuando salimos a pasear, siempre se queda mirando, embobado, a otras mujeres que pasan frente a nosotros. No es nada grato verlo así. Hemos discutido muchas veces por ese motivo”.
“Si ve a una chica con escote o con un jean apretado, deja de prestarme atención y dirige su mirada hacia ella. Me molesta, claro. ¿Será que no le gusto?”, se pregunta Isabel (26). “Hasta a mi enamorado, a quien considero un hombre correcto y respetuoso, se le van los ojos cuando pasa una chica atractiva. Lo hace con sutileza, pero igual me doy cuenta”, confiesa Alejandra (23).
IMPUSO NATURAL
¿Por qué los hombres, solteros o comprometidos, hacen esto? Porque les cuesta controlarlo. Es instintivo. Según la antropóloga Helen Fisher, autora del libro Por qué amamos, la vista es, quizás, el sentido más importante y desarrollado del ser humano. Esto se debe a razones evolutivas. Miles de años atrás, nuestros ancestros primates tenían que calcular, al ojo, la distancia entre un árbol y otro para realizar un salto preciso y no caer. Un mal cálculo podría significar la muerte.
La vista, de hecho, es un sentido básico en el proceso de atracción: los primeros estímulos que hacen que una persona se fije en otra son, por lo general, visuales. Asimismo, en términos de reproducción y supervivencia de la especie, Fisher explica que el hombre siempre ha buscado, mediante los ojos, compañeras sanas y fértiles con quienes procrear.
La vista, entonces, ha sido el instrumento clave para realizar ese filtro de apareamiento. Fisher, por cierto, cree en el llamado amor a primera vista, el resultado de una reacción en cadena provocada por neurotransmisores y designios evolutivos.
¿QUÉ HACER
Ojo, que lo dicho no se malentienda: no pretendemos justificar acciones incómodas y machistas por parte de los hombres, mucho menos el repudiable acoso callejero. Solo señalamos que hay una base teórica para explicar por qué los hombres actúan así.
No obstante, existen maneras de regular estos impulsos. Uno de ellos es el respeto hacia la pareja. Si el hombre sabe que actitudes así molestan a su pareja, hacer un esfuerzo por evitarlas debería ser una prioridad. Un vistazo no hace daño a nadie, pero buscar con la mirada a otras mujeres, de manera constante y nada sutil, no es correcto.
Y, sí, las mujeres tienen todo el derecho de fastidiarse por este motivo. No es un acto infiel, ojo, pero es lo suficientemente incómodo para dañar la confianza y la dinámica de la relación. Por más que la ciencia diga que existe un fundamento para tales acciones, vamos, señores, hay que comportarse.
TENGA EN CUENTA
- Si a usted le molesta que su enamorado o esposo mire a otras mujeres, hágaselo saber. El diálogo sincero y abierto puede resolver este tipo de problema.
- No obstante, actitudes de este tipo pueden revelar que, en realidad, el hombre no se siente a gusto con la relación.
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