Las personas que aceptan su orientación homosexual de manera pública están mucho menos estresadas que aquellos que permanecen “dentro del closet”, señalaron investigadores del Centro de Estudios sobre el Estrés Humano (CESH), instituto afiliado a la Universidad de Montreal.
El estudio científico evaluó el nivel de cortisol, la hormona del estrés, y otros indicadores biológicos como niveles de insulina, azúcar, colesterol, la presión arterial y la adrenalina en 87 hombres y mujeres, entre ellos 46 homosexuales y bisexuales y 41 heterosexuales.
De acuerdo Nathan Smith Grant, uno de los miembros del equipo del hospital Louis-H. Lafontaine, la investigación destaca “el papel positivo de la autoaceptación y de la comunicación sobre la salud y el bienestar de las minorías sexuales”.
El estudio neurológico, publicado en la revista Psychosomatic Medicine, concluye que las lesbianas, los hombres gays y los bisexuales que se habían abierto con su familia y amigos tienen niveles menores de síntomas depresivos y niveles más bajos de cortisol matutinos que quienes no ha revelado su orientación sexual.
“Al contrario de lo que esperábamos, los hombres gays y bisexuales tenían menos síntomas depresivos y menos niveles de carga alostática (una medida de tensión corporal) que los hombres heterosexuales”, agregó el autor principal de la investigación, Robert-Paul Juster.
Así, el estudio pretende que la aceptación pública de la orientación sexual se convierta en un asunto de salud pública, promoviendo así sociedades más tolerantes e inclusivas y políticas públicas que favorezcan a las minorías sexuales.
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