“No es detallista conmigo”, sentencia una atribulada Natalie (27). “Dice que me quiere, pero no es muy expresivo en su cariño. No me lo demuestra con la frecuencia que yo quisiera. Veo que tiene más pasión e interés por su trabajo, sus amigos o su equipo favorito de fútbol que por mí. Siento que soy la que más se entrega en esta relación”, agrega.
“Es un poco fría. Ella me dice que así es su carácter, que no la malentienda, pero yo creo que no es feliz conmigo. He pensado en terminar con ella. Total, ¿no dicen que sufre más quien quiere más?”, cuenta un dramático Alejo (31). “Para conquistarme, ni se imaginan, mi esposo era el caballero más tierno y detallista del planeta, pero con el tiempo se transformó. No sé qué pensar. A veces siento que me está sacando la vuelta. Mi problema es que no sé cómo decirle lo que siento”, confiesa Olinda (26).
“Va más allá de cuántos besitos o peluches te dan, ojo”, acota Toño (28). “Es un tema de cuánto apuestas por la relación en otros términos, por ejemplo, compartir tiempo de calidad, sacrificarte un poquito para complacer a tu pareja, corregir tus errores como persona que hacen daño a la relación: ese tipo de cosas importantes. Mi pareja anterior me dejó porque no le brindaba todo ello. Tenía toda la razón”, añade.
CUESTIÓN DE EQUILIBRIO
Lo ideal es que, en una relación de pareja, ambos estén a gusto. Si no es así, ¿para qué están juntos? Los dos deberían sentirse queridos y contentos, retribuidos de forma plena.
La insatisfacción y la sensación de desigualdad, en cambio, es síntoma inequívoco de que algo falla en la relación. “Cada persona tiene una visión del mundo particular. Todos tenemos expectativas en el amor y esperamos que la pareja se comporte de acuerdo a ellas. Los problemas aparecen cuando no hay armonía entre la realidad y lo que se desea”, señala Carolina Saavedra, psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima.
La especialista considera que la mejor forma de resolver este conflicto es mediante la comunicación. Hay que hablar. De esa manera, el ser amado puede darse cuenta de que, en efecto, no está brindando todo lo que debería.
Sin embargo, hay quienes prefieren guardar silencio y evitar confrontaciones, ya sea por orgullo o por miedo. Lo cierto es que acumular esa inconformidad puede crear una bomba de tiempo que estallará y provocará consecuencias: peleas, infidelidad, ruptura de la relación. “El amor, finalmente, se puede ir”, anota Saavedra.
DATOS
- Si bien hay personas que no se entregan al máximo en una relación, también puede ocurrir lo siguiente: que la persona que ‘entrega todo y no siente querida’ tenga, en realidad, problemas de autoestima.
- Otra posible situación es que la persona ‘que no se entrega’ no esté a gusto en la relación.
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