Uno de los personajes más influyentes de la cocina peruana fue un suizo en aprietos económicos que no sabía cocinar. Sí, como muchos de los geniales inventos que vinieron a mejorar el mundo, el famoso horno que ‘cocina’ el pollo a la brasa fue creado a partir de una idea y de una necesidad del empresario Roger Schuler (papá del famoso pisquero Johnny Schuler).
Papá Schuler tenía una granja de pollos y esta fracasó. Entonces, se vio obligado a sacrificar los cientos de pollos que tenía. Decidió vender ‘pollo al horno’, pero como el volumen era grande y todos debían tener a la vez la misma cocción, inventó un horno ‘infinito’, que rotaba y cocía varios pollos a la vez.
Así nació el pollo a la brasa y el restaurante La Granja Azul, que está en la Carretera Central. Los años han pasado y el pollo a la brasa es un plato nacional y tiene miles de versiones, tantas como pollerías hay.
Este es nuestro ránking de los mejores restaurantes de la ciudad para disfrutar este platillo:
1. Timbó. Sus críticos dicen que no es a la brasa, sino a la leña, por su especial sistema de cocción. Lo cierto es que su sabor es buenazo: sale siempre jugoso, con la piel crujiente y en porciones generosas. Si las papas fueran buenas, le pondríamos 20 (Bolívar 944, Pueblo Libre).
2. Don Tito. Pollería de barrio. Las alitas de sus pollos (el mejor bocado de todo buen pollo a la brasa) son espectaculares: crujientes, chispeantes, jugosas. Cuando vamos a Don Tito salimos con la convicción que Dios se equivocó al crear el pollo, que debió ‘hacerlo’ puritas alas (y una entrepierna de yapa). (San Borja Sur y Aviación, San Borja).
3. La Granja Azul. La historia y la nostalgia se imponen en esta decisión. Los pollitos bebé de La Granja Azul y su ‘mayonesa ensaladera’ es un viaje al pasado. Lo bueno es que el lugar sigue casi tan bien como antes. (Carretera Central, Km. 115, Sta. Clara, Ate).
4. Hikari. Pollazo que palió nuestra juvenil voracidad universitaria. Su estilo es oriental (dicen que la salsa de soya le aporta color y crujiente a la piel) y, aunque los puristas dicen que sus locales de San Martín de Porres y el Rímac son mejores, el de San Miguel es un señor muy decentón (La Mar 2339, San Miguel).
5. Las Canastas. Empezó en la Av. Habich, en San Martín de Porres (zona pollera por excelencia) y hoy es una cadena con pollerías en todo el país. De las cadenas, este es el pollo que más nos gusta por su innovación. Sus salsas son bravazas y las papas fritas hoy son de papas nativas… una delicia. (Visite www.lascanastas.com).
La yapa: La Panka, en Villarán (Surquillo) y Mendiburu (Miraflores). Tampoco se pierda Pollos y Parrilladas Hilton (Av. Julio C. Tello 802, Lince).
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.