Para tener unos dientes blancos es importante cepillarlos después de comer, usar hilo dental y enjuague bucal, pero también hay otras formas caseras de aclararlos.
Puedes frotarlos con una pasta elaborada con fresas, hojas de laurel y cáscara de naranja. Además debes consumir verduras como el brócoli y la zanahoria, y evitar el café.
Las manzanas también son importantes para conseguir tu objetivo. A medida que las muerdes, esa fruta elimina el exceso de comida y bacterias de la boca, y limpia las manchas superficiales gracias al ácido málico, un producto usado a menudo en blanqueadores dentales químicos.
Además, puedes mezclar bicarbonato de sodio, agua y una pizca de sal. Todo se frota en los dientes, como máximo dos veces a la semana.
Aunque el peróxido de hidrógeno funciona muy bien para blanquear los dientes, debe usarse en pequeñas dosis, pues es un poco peligroso. Si te gusta el chicle, busca los que tengan xilitol, un edulcorante natural que previene la placa, neutraliza los niveles de PH en la boca y aumenta la producción de saliva.
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