A mediados de agosto, Samsung lanzó a la venta el Galaxy Note 7, su ‘smartphone estrella’, en respuesta directa al anuncio del nuevo iPhone. En menos de 15 días la firma surcoreana ha tomado una decisión inaudita: pedir a sus usuarios que devuelvan el producto y parar su venta.
Todo inició hace algunos días cuando varios compradores del producto denunciaron que sus baterías explotaban luego de cargarse. Los reportes inundaron Internet y diversos videos mostraban como quedaba el dispositivo luego de sufrir la explosión.
Samsung no pudo hacer caso omiso a las denuncias y este viernes, mediante un comunicado, aceptó que se trata de un problema en la batería de los productos.
Ello lo ha llevado a detener la venta mundial de sus productos y tomar otras medidas de seguridad.
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“Hasta la fecha (1 de septiembre), se han registrado 35 casos de reclamaciones en todo el mundo, las cuales actualmente se están investigando con nuestros proveedores para identificar las posibles baterías afectadas. La seguridad de nuestros clientes es una prioridad absoluta”, explicó Koh Dong-jin, jefe de la división de móvil de Samsung.
La firma de Corea del Sur además anunció que sus usuarios podrán devolver voluntariamente sus dispositivos y recibirán uno nuevo, con las fallas superadas.
“Reconocemos el inconveniente que esto pueda causar en el mercado, pero esto es para asegurar que Samsung continúe ofreciendo productos de alta calidad a nuestros clientes”, finalizó el comunicado.
Según Samsung, el Galaxy Note 7 ya había sido lanzado en 10 países: Estados Unidos, Canadá, México, Puerto Rico, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Taiwán, Emiratos Árabes Unidos y Corea desde el 19 de agosto.
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