Un monto indeterminado de recursos del Estado y de nuestros impuestos, que podrían ser utilizados para mejorar las condiciones laborales y salariales de los policías honestos, termina en los bolsillos de personal policial corrupto.
En base a una información proporcionada por Perú21, el programa televisivo Cuarto Poder logró captar evidencias audiovisuales del robo sistemático de combustible asignado a vehículos de la Dirección contra el terrorismo (Dircote).
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Como se sabe, esta dependencia policial –fundada en 1983– está a cargo de prevenir, investigar, denunciar y combatir las acciones de delincuentes terroristas, peruanos o extranjeros, en el país.
El jefe de la Dircote es el general PNP Vicente Álvarez, quien fue ratificado en ese cargo en enero pasado.
Pues bien, entre diciembre último y febrero de este año, hasta tres equipos periodísticos del citado programa registraron la manera en que alrededor de 15 autos y camionetas oficiales fueron utilizados por efectivos policiales para sustraer y vender gasolina o gas licuado de petróleo de manera ilegal, de acuerdo con los indicios.
Las áreas claves para este tráfico de combustible, perteneciente al Estado, se encuentran en una cochera –del área de Transporte de la Dircote– ubicada en el predio signado con el N° 150 en el jirón Acobamba, en El Cercado de Lima; y también en un grifo de Petroperú que está situado a unas cuadras de distancia, en el cruce de las avenidas 28 de Julio y Brasil, en el mismo distrito limeño.
En el primer punto, los vehículos de la Dircote permanecen estacionados mientras se les asigna una misión. Esto, al menos de manera oficial.
En tanto, en el segundo lugar es donde se abastecen de combustible a los autos y camionetas de esa dependencia policial que deberían ser empleados para realizar operaciones de inteligencia contrasubversiva, así como la ubicación y captura de elementos terroristas de Sendero Luminoso (SL), el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) e incluso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
DANZA DE GALONERAS
El 24 de enero pasado, a las 8 de la mañana, un agente de la Dircote fue captado en el referido grifo con un auto policial con el fin aparente de dotarlo de gasolina.
Sin embargo, se observa que el policía retira de la maletera del vehículo una galonera y la coloca en los asientos posteriores, de forma sigilosa. Espera una distracción de la persona que lo atiende para sacar la manguera del surtidor de combustible y ponerlo en el recipiente que tiene una capacidad de cinco galones.
Cabe anotar que a cada unidad policial le corresponde una asignación diaria de gasolina o gas licuado de petróleo con el fin de cumplir con las operaciones de seguridad.
El efectivo luego conduce el auto hasta el punto de donde lo había trasladado inicialmente, la cochera de la primera cuadra del jirón Acobamba.
Pocos días después, el 31 de enero, el mismo agente lleva el carro oficial de placa KO-3294, repite la operación en la misma estación de servicio.
Ese mismo día, se registró a otros policías efectuando el mismo robo y con igual procedimiento.
Lo que el material audiovisual revela, además, es que en la cochera de la Dircote se almacenan las galoneras en las maleteras de los vehículos oficiales para luego, de acuerdo con todas las pistas, venderlo a menor precio a terceros o al propio personal policial.
En otro momento, incluso se evidencia que un efectivo policial cambia la placa de una camioneta oficial para que puedan dotarle más galones de combustible.
Se observa que primero conduce al grifo el auto con placa NS-2211 y supuestamente lo llena hasta en tres oportunidades y retorna al local de la Dircote.
Posteriormente, en el mismo día, el agente cambia la placa de la unidad y coloca la matrícula NS-2470. Y vuelve a la carga con las galoneras en la estación de servicios.
No se ha determinado cuántas galoneras diarias son llenadas de combustible –de propiedad del Estado– son sustraídas por esos malos elementos, pero se estima que por cada uno de esos recipientes pueden obtenerse alrededor de S/.70 como producto de la sustracción.
EFECTIVOS REMOVIDOS
Con esa información, se acudió ante la fiscalía de turno, que se encuentra a cargo de la fiscal Norah Córdova.
Se planificó un operativo para el lunes 17 reciente, pero este se frustró debido a una filtración, según todos los indicios. Cuando la fiscal, los periodistas y agentes de la Policía Anticorrupción quisieron intervenir, en la cochera ya no habían los movimientos y vehículos que se habían registrado en sucesivos días.
En cambio, sí apareció en ese local el jefe de la Dircote, general Vicente Álvarez, al parecer, dando órdenes y disponiendo de la ubicación de los pocos autos y camionetas que estaban en ese local.
Esta noche, mediante un comunicado oficial, el Ministerio del Interior informó respecto a las medidas adoptadas respecto a este caso.
“El Director General de la Policía Nacional dispuso la remoción inmediata de todo el personal comprendido en la cadena administrativa de la Dircote, así como del área involucrada en dichos actos ilícitos”, se señaló.
Se especificó que “en total son 15 los efectivos removidos: un comandante, un mayor y trece suboficiales”. No se dijo nada del general Álvarez.
“Las investigaciones que lleva adelante la Inspectoría General de la PNP, la Policía Anticorrupción, así como la que debe iniciar el Ministerio Público, determinarán si estuvieron o no involucrados, ademas de señalar, en su caso, la que pudiera corresponder a personal no comprendido en la denuncia inicial”, se añade.
El procurador de Interior presentará este lunes una denuncia contra los implicados en este escandaloso caso.
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