Carlos Castillo (ccastillo@peru21.com)
El presidente Ollanta Humala inicia la segunda mitad de su gobierno dando muestras de agotamiento y requiere refrescarse. Este es el análisis de Martín Tanaka, quien reflexiona sobre la coyuntura y el panorama electoral de cara al año 2016.
¿Cuál es su reflexión sobre el inicio de la segunda mitad del gobierno de Ollanta Humala?
Primero vamos a revisar lo que fue la primera mitad para sentar las bases de lo que será la segunda. En la primera, le alcanzó durante algún tiempo no ser tan radical, como mucha gente temía, y de hecho uno podría mirar las promesas del candidato Humala desde la hoja de ruta y compararlas con su gestión de gobierno y se verá que, a grandes rasgos, se llevó a la práctica lo ofrecido.
¿Eso le seguirá alcanzando? ¿No hay un agotamiento?
En el Perú, cinco años es bastante tiempo y sí, hay un agotamiento en el gobierno que llegó al poder con una equipo, que ese equipo se desarmó y no ha sido sustituido por ningún otro. Entonces, este intento de ganar oxígeno se tradujo con César Villanueva como primer ministro, pero lamentablemente está ausente. En la medida que no haya una iniciativa del primer ministro, este gobierno da la sensación de que llega exhausto a la mitad del periodo. Seguramente, en la segunda parte seguiremos viendo ese mismo gobierno del que nos hemos quejado en el último año, es decir, el mismo al que le falta ambiciones, capacidad de acción e implementar las cosas.
Eso perjudica al gobierno…
A favor del gobierno juega el calendario electoral que se ha adelantado. La opinión pública va a dejar de mirar qué hace o qué no hace el gobierno para centrarse en los candidatos municipales y regionales. También se puede decir que pese al agotamiento, Humala entra a la segunda mitad un poco mejor de lo que se observaba a (Alejandro) Toledo y a (Alan) García. Si Humala sigue dejándose llevar por la corriente, tal vez termine un poco mejor que sus antecesores.
¿Usted no ve una voluntad de cambio en el gobierno para este segunda mitad?
Sí, vamos a tener más de lo mismo, las cosas buenas y las cosas malas…
¿Es necesario que el gobierno se refresque con algunos cambios en el gabinete?
Bueno, se suponía que la llegada de Villanueva era para eso pero al final no ha pasado nada. Es necesario que Villanueva muestre más iniciativa en ese sentido. Está muy pasivo. Puede ser que el tema de La Haya pueda haber postergado esos cambios, pero ahora que ese tema ha empezado a quedar atrás y en este coyuntura previa a elecciones regionales, el primer ministro tendría que asumir mayor protagonismo.
¿Ya deberían darse los cambios?
Claro, como ya he señalado, se está percibiendo a un gobierno exhausto que requiere inmediatamente de una oxigenación bajo la batuta de Villanueva, que materialice las propuestas que él mismo tiene, sus objetivos, sus metas, sus prioridades. Hasta el momento no se le ve liderazgo y se está quedando sin tiempo.
¿En qué medida puede influir la primera dama para que el primer ministro mantenga ese perfil bajo?
No lo veo como una cuestión de la primera dama sino del propio gobierno en general. Uno no tiene claro cuáles son las prioridades del gobierno, cuáles son las políticas y las banderas, uno no sabe cuáles son las obras por las que el gobierno quiere que se le recuerde en el futuro. Uno escucha hoy a García y este dice: ‘en mi gobierno hubo tantos miles de obras’. Ahora no tenemos claro cuál es la obra principal de este gobierno para la historia. Por ejemplo, hablan de política social, pero no se ve mucha actividad en ese sentido. La ministra de Inclusión Social es nueva pero no se ve que el sector haya cobrado nuevo brillos. No se ve ese empuje ni objetivos.
Yo le preguntaba por la primera dama por ese estilo de ella de aparecer participando en el liderazgo del gobierno. Usted la ha visto llamando “mis ministros”. ¿No cree que tal vez el primer ministro no asume iniciativas para no chocar contra ese liderazgo?
Toda esta discusión sobre la primera dama tiene que ver con que hace unos años la popularidad del gobierno estaba subiendo y ese contexto fue el que animó a la primera dama. Ahora, esa popularidad del gobierno está en bajada y esto saca del escenario las especulaciones sobre la candidatura de Nadine Heredia. En la medida de que el gobierno vaya mal, esa posibilidad ya no resulta atractiva.
¿Diría que el gobierno jugó mal su estrategia entorno a Nadine?
Sí, porque fue muy temprano. Faltaba mucho. Se querían comer el pastel antes de sacarlo del horno.
¿Usted es un convencido de que Nadine Heredia no va a postular a la presidencia?
No, me parece que esa es una carta que en su momento se evaluará si se juega o no. Si por alguna razón, que no sabemos ahora, el gobierno resulta muy popular al final del período, seguramente la tentación de presentar una candidatura que asegure la reelección será muy grande. Si es un gobierno debilitado con baja popularidad, la propia Nadine Heredia no lo va a sentir atractivo.
También es cierto que el nacionalismo no tiene buenos cuadros…
Ellos deberían pensar en eso. Si no es Nadine, ¿quién va a ser? Yo he escrito siempre que se debe recordar los papelones que pasaron Perú Posible y el Apra en 2006 y 2011, respectivamente. Sospecho que Nadine Heredia busca una postulación en el Congreso. Para ella sería una manera de asegurarse una continuidad política por los siguientes cinco años.
¿Ganamos en La Haya?
No me queda la menor duda que sí. Como decía mucha gente, Perú no tenía nada que perder y todo por ganar. El presidente Piñera lamentó el fallo. Humala hizo muy bien en mantener a los agentes ante La Haya, demostró lo que es una política de Estado.
¿Cree que el gobierno debería haber aprovechado mejor esta etapa posterior al fallo de La Haya?
Yo creo que sí. Ha habido un clima de unidad que no se supo aprovechar en el buen sentido de la palabra para hacer cambios y fijar objetivos. Recuerde que antes del fallo de La Haya había un clima de crispación y de enfrentamiento muy fuerte. Hubiese sido inteligente que aprovechara ese contexto para buscar, por ejemplo, acuerdos básicos para sacar algunas políticas adelante. Pero, otra vez, no hay iniciativas en ningún sentido. Es como si se tratara de solo una administración y no un gobierno.
¿Cómo ve el panorama electoral regional y municipal de este año? Los partidos volverán a ser derrotados?
Ese tipo de elecciones las ganan los movimientos regionales y creo que se va a mantener la tendencia y se profundizará. Eso demuestra la crisis de los partidos nacionales que son casi un cascarón. Incluso, cuando se dice que algunos partidos ganan en determinadas jurisdicciones tampoco es del todo cierto porque ese que ganó por lo general es un independiente conocido en el lugar y no es que el partido ganó. Quizás, como saben que van a perder, no presenten candidaturas más que en algunos lugares. Lima sí será la atracción porque lo que pase afectará de manera directa o indirecta a los partidos.
¿Usted diría que el panorama electoral para el 2016 no va a cambiar?
A no ser que salga rápidamente un outsider, la elección se va a definir entre los candidatos que ya están sobre la mesa. En la medida que no hay un outsider que vaya trabajando en serio, aun ese candidato sorpresa gane, su gobierno va a ser complicado y otra vez estaremos diciendo que no tiene experiencia ni equipo ni sabe qué hacer.
¿Por qué termina mal Susana Villarán?
Yo creo que va a levantar un poco al final. Se está implementando lo de la reforma del transporte y también es cierto que todos levantan al final.
¿Le alcanzará para la reelección?
No lo creo. Ella sobreestimó mucho sus capacidades y subestimó a los adversarios y a los problemas. La gente quiere obras concretas.
TENGA EN CUENTA
- Sobre Gastón Acurio
“La expectativa es una reacción natural al poco entusiasmo que generan los candidatos que ya participaron en las elecciones anteriores. Si Gastón no se anima, igual ese sector estará esperando a quién despierte su interés”.
- El espacio de izquierda
“Aparecerán propuestas que quieran ocupar ese espacio con críticas al modelo económico. Ese espacio existe, pero sintonizar con la gente es lo difícil”.
SOBRE CANDIDATOS
- ¿Alan García? Es un personaje que tiene mucho voto en contra, pero tiene una base que lo ven con simpatía. Aquellos que ya lo odian, lo odiarán igual con o sin informe de la ‘Megacomisión’. Lo mismo que aquellos que lo ven con simpatía dicen: ‘no es un santo pero es necesario’. Su estrategia es decir ‘soy el único que puede ganar’.
- ¿Keiko Fujimori? Le va bien con el trabajo silencioso que está haciendo. Como García, tiene voto mucho voto en contra y un electorado fiel. El protagonismo del padre la está perjudicando. La legitimación de su candidatura ya está instalada. Ya los ‘antis’ y los ‘pro’ están sobre la mesa.
- ¿Kuczynski? Su principal problema es un aspecto sociológico. Es visto como muy estirado y poco representativo de los peruanos. No sintoniza con la mayoría. Frente a eso, aprovecha su perfil de técnico pero eso tiene su límite.
- ¿Toledo? Nunca se puede sepultar a nadie pero está venido a menos. Sus contradicciones destruyen la imagen de estadista que quiere dar.
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