Por Mariella Balbi
Se requieren cambios rápidos en la política económica, sostiene el economista Juan Mendoza. La caída de la inversión pública es sumamente preocupante y el gobierno no tiene las prioridades bien establecidas. Proyecta un crecimiento del 2%.
¿Es un buen nombramiento el de Fernando Zavala para el MEF?
-Sí, es un buen profesional y con experiencia. No es adecuado que sea premier. Debe dedicarse exclusivamente a la cartera. No sé cuánto se quedará en el MEF, ha dado a entender que estará solo un tiempo. No es bueno, porque no realizará cualquier tipo de reforma que tenga en mente o cambios en las políticas del ex ministro Thorne que considere inadecuadas. La economía no está para un ministro temporal.
Se pensó en Luis Oganes para el MEF. ¿Es adecuado el perfil de un especialista en banca de inversión para la cartera de Economía?
-No. Entiendo que Oganes puso plazos y condiciones para asumir la cartera. El ministro de Economía debe saber resistir la presión política. Thorne dialogaba con la oposición, pero cuando se escucha el audio con el contralor, no es difícil pensar que hay una presión sobre el ex ministro. La mitad de los 31 minutos la pasa hablando sobre el tema Chinchero. Algo tiene que haber pasado. También el ministro de Economía debe tener más ortodoxia. La inversión privada se contrae, no hagamos caer la inversión pública.
Aunque se dice que nadie es indispensable, ¿la salida de Alfredo Thorne del MEF afectará a nuestra economía?
-Siempre hay un efecto sobre la economía cuando cambia el titular del MEF, porque hay que esperar cuáles serán las políticas del siguiente ministro. Durante muchos años, los ministros de Economía manejaban los mismos criterios sobre la inversión pública, sobre la política fiscal. Pero el ministro Thorne puso en marcha un conjunto de cambios que, a mi juicio, no eran los ideales en la política económica…
¿Con los decretos de urgencia?
-Sí, y con el manejo de la inversión pública. Se cambió el SNIP, ahora es Invierte.pe. Para mí, tiene dos problemas. Es más engorroso, demorando la inversión pública, y no es tan buen filtro como el SNIP. Hemos empeorado. Asimismo, Thorne hizo una reforma tributaria que no es un cambio trivial para la política económica. Cambió las tasas impositivas, creó un régimen especial para las mypes. Por lo que ocurre con la recaudación, parece ser una reforma equivocada.
Sabemos que la recaudación ha caído.
-Cayó 5% en términos reales hasta mayo. Como el PBI está estancado, lo normal sería que la tributación también lo estuviera. Pero la caída de 5% es por esta reforma tributaria sin resultados. Otro cambio realizado por Thorne es la regla fiscal: cuánto déficit fiscal puede tenerse. Antes teníamos una regla fiscal estructural que indicaba un déficit máximo de 3%, tomando el promedio de ingresos y egresos de los últimos años. Es la mejor práctica internacional. Con lo cambiado por Thorne, se mira el déficit año a año. Una práctica que superamos hace muchos años. El problema de esto es que hace procíclica a la política fiscal. O sea, cuando la actividad económica se desacelera, también cae la inversión pública y el gasto público. Son varios cambios que el sector privado tendrá que evaluar con cuidado.
¿Por qué?
-Debe formar sus expectativas sobre cuál será la política económica.
¿El sector privado estaba contento con Thorne?
-Probablemente algunos, pero en general vemos una caída en la expectativa de crecimiento que se refleja en las cifras. El sector privado invierte cada vez menos. La inversión privada cayó en 2014, 2015, 2016 y el primer trimestre de 2017 cae casi 6%. El objetivo de este gobierno era relanzar el crecimiento, la inversión pública y privada. Ello no se está cumpliendo. Las reformas hechas por Thorne han ido en el sentido equivocado. La inversión pública se contrajo 15% el último trimestre del año pasado, la frenó, ralentizando al sector construcción. Nadie entiende bien por qué. El primer trimestre de 2017 volvió a caer 16%. Claro, está El Niño, pero ya venía descendiendo y para este año el PBI creció solo 0.17%.
El gobierno dice que ya pasamos lo peor.
-Ojalá. Pero que la meta de la inversión pública crezca 15% este año es complicado. Se puede hacer si el nuevo ministro cambia las políticas mencionadas. Entre agosto y mayo la inversión pública cayó 12%, un ajuste que no se justifica. Y es mayor en los ministerios, donde cae 27%. En los gobiernos regionales cayó 9% y los locales aumentaron 4%. Remontar para diciembre será difícil. La meta debe ser que no caiga más y que no sea más baja que en 2016.
¿El nuevo ministro tiene que reactivar la inversión pública sí o sí?
-Cuanto antes. El 99% de los economistas coinciden en que cuando el gasto privado desciende, el público debe aumentar, elemental.
¿Se anunció un destrabe fantástico y nada ocurrió?
-El otro error del gobierno fue la priorización de los proyectos a destrabar. Se obsesionaron con el Gasoducto. Al inicio del régimen se dijo que iba de todas maneras cuando es un ejemplo de elefante blanco y con condiciones lesivas. Felizmente se cayó porque Odebrecht se quedó sin plata, no por la voluntad del gobierno.
El ministro de Energía declaró que se hará con dinero del MEF…
-Sería inaceptable que la nueva licitación tenga un financiamiento como el de Odebrecht con precios garantizados. Igual es dinero de los peruanos. Otra obsesión fue Chinchero, inentendible.
¿Se narcotizaron con Chinchero?
-Totalmente. Los ministros lo defendieron, el presidente explicó al país que habría un ahorro que era inexistente e inaceptable, el Estado financiaba esta asociación público-privada (APP). Nunca se ha visto que el presidente defienda con tanto entusiasmo y pizarra en mano un proyecto privado. Elaboró una adenda criticada por todos por desnaturalizar las APP. En el contrato original el privado ponía 71% y el Estado solo 29%. Con la adenda el Estado se mojaba con 80%, sacándole las castañas del fuego porque no pueden conseguir financiamiento a una tasa decente. Encima le mantiene los 40 años de concesión. Esa obsesión fatal le costó la cabeza del ex ministro Thorne.
¿Por qué se defendió tanto Chinchero?
-No tengo evidencia de nada. El entusiasmo sí me sorprende, no era prioritario. Sobre todo que el proyecto se paró porque Kuntur Wasi no consiguió financiamiento, no tenían la plata, era un contrato virtual. Además, en una circular de enero de 2017, el MTC indica que el cierre financiero (el 22% de interés) era perjudicial para el Estado y no se podía afectar.
Contraloría se pronunció por regresar al contrato y negociar.
-No pongo mis manos al fuego por el contralor, ni quiero referirme a las denuncias hechas. Pero el informe de Contraloría es correcto porque era una adenda lesiva. En el contrato original, el Estado tenía la sartén por el mango porque, según se indica, no está obligado a aceptar los términos financieros del concesionario. Si Kuntur Wasi hubiera conseguido el financiamiento al 22%, el Estado no tenía por qué aceptarlo.
¿Por qué esta obsesión?
-No la entiendo. El informe de Ositran es lapidario, señala que la adenda es lesiva. Había relaciones amicales con uno de los socios de Kuntur Wasi, el candidato Piñera de Chile, que tiene un porcentaje pequeño. Igualmente, la hermana del premier estaba en Kuntur Wasi. Bien se pudo llegar a una mejor solución. La obsesión nos ha costado meses. Es necesario que haya una separación entre lo público y lo privado. La sospecha es que el Estado ha sido copado por los intereses privados. No sabemos si esto ocurrió en Chinchero, pero no huele bien. El ex ministro Thorne, siendo crítico al proyecto pudo haberlo evitado, pero lo avaló. No entiendo cómo esa adenda puede ser buena para el Estado. El ministro de Transportes debe decir cuánto costará el divorcio y cuál el problema en el aeropuerto del Callao.
El premier Fernando Zavala es ministro de Economía. ¿Cómo manejará el tema Chinchero? ¿Se pondrá de lado, como lo hizo?
-Sería bueno que deje el premierato, ambas carteras exigen dedicación exclusiva. Le sugeriría al ministro de Economía hacerle caso al consenso de las opiniones de los economistas al respecto.
¿Y de la Contraloría?
-Sí, que más o menos coinciden con la Contraloría, independientemente de las denuncias.
¿Quién cree que grabó el audio del contralor y el ex ministro Thorne?
-Trataré de ser objetivo. Bien complicado que Thorne grabara, le ha costado la cabeza. Igualmente, difícil que sea el contralor, qué gana, es altamente improbable. No soy su defensor. Lo extraño es que la denuncia contra el contralor tenía cuatro meses o más y toma vida después del informe sobre la adenda. Ahora sale algo rebuscado sobre su título. Recordemos que el ministro de Defensa dijo que lo grababan.
¿Los informes de Contraloría sobre los megaproyectos son cabales y adecuados?
-Sin duda, ese es el fondo del asunto. Hay una campaña clara para desarmar a la institución de la Contraloría a través del contralor. Ha auditado Línea 1 y 2, los Panamericanos, Talara y otros temas. Además, estamos ad portas de la reconstrucción. La Contraloría es una institución fundamental que debe ser protegida. Sus informes son muy claros y las observaciones deben ser atendidas. Ha cuestionado la emisión de bonos de Talara. Según los expertos, no sabemos cuánto terminará costando el proyecto.
¿Al gobierno le interesa el control?
-Sería lamentable que no le interesara. Lo cierto es que hay una campaña de desprestigio contra la Contraloría y su trabajo. Necesitamos que funcione. En el Perú, en los últimos años se han robado la plata. No hay que ser genio para ver el enorme dispendio de los recursos públicos. En la Interoceánica, la Contraloría advirtió del sobreprecio, del impedimento de Odebrecht para trabajar con el Estado. Se dio un decreto para invalidar esto y se firmó contra viento y marea. No se hizo caso a Contraloría, se le dijo obstruccionista. ¿Qué interés puede tener este cuerpo técnico de Contraloría en paralizar la inversión pública? Se deben releer los informes de Contraloría con cabeza fría y evitar la politización. Es lamentable que algunos juzgaran risibles los informes de Contraloría.
“Estamos obsesionados con el Gasoducto, Chinchero y Talara”
¿Qué errores deben corregirse en la política económica?
-No puede seguir cayendo la inversión pública. No es el momento para reformar el SNIP porque retardará la inversión. Olvidarnos de la reforma tributaria, chau, pues tendremos una contracción severa de los ingresos que complicará la inversión pública porque no habrá plata…
¿Qué más…?
-Espero que lo dicho por el ministro de Energía sobre el Gasoducto sea un error. Si hacen eso, van muertos. Se debe tener una decisión política frente a Talara. Y, finalmente, la reconstrucción. Reconstruir puentes y carreteras rápidamente puede provocar que los expedientes no estén bien hechos. Requieren sus tiempos. Además, puede traer corrupción. En el norte tenemos una población con mucho desempleo y hay actividades intensivas en mano de obra como la descolmatación, limpieza de cauces que, además, los prepara contra el cambio climático. Requieren un programa temporal de ingresos…
Un PAIT norteño…
-Sí, para que la población tenga plata en el bolsillo y el consumo no se contraiga. Es una situación de emergencia. Se podría inyectar 5,000 millones de soles en dos años a más o menos 200 mil personas.
¿No lo comprende la Autoridad de la Reconstrucción?
-No, lo contempla a una escala muy pequeña, 14 mil empleos. Se debe tomar decisiones. Si no se gasta ahora, el riesgo es grande, porque en el norte está cayendo la inversión y no hay generación de ingresos en el grueso de la población. Luego caerá el consumo y nos vamos a una recesión en serio. Los puentes demorarán. Es mejor que, al final, la plata llegue a los bolsillos de la gente. Cuando cae el consumo, los negocios privados no invierten, ¿para qué, si no hay demanda?
Talara es un error que avanza, pero tampoco se puede dejar a la mitad. Ya se emitieron US$2,000 millones…
-El proyecto cuesta hoy US$5,600 millones y puede ser más. Planteemos una auditoría independiente. Yo no le creo a Petroperú porque insistieron con este proyecto sin pies ni cabeza. Se debe determinar cuánto se ha gastado y cuánto costará. Veamos si estamos a tiempo de pararlo, o por lo menos racionalizarlo para que no cueste tanto. El presidente de Petroperú tiene que decirle a la ciudadanía cuál es su matemática.
¿Estamos engrosando la emisión de bonos?
-Sí. Nos estamos endeudando más, aprovechando el buen crédito que tiene el país, pero tenemos una tributación muy baja. Lamentablemente la reforma tributaria de este régimen afectará al país muchos años más. Los bonos últimos son para Talara, aunque Petroperú ya recibió 400 millones de dólares en febrero del MEF. Así, sin chistar, para remediar el oleoducto. Para nadie es un secreto que si Petroperú no fuese una empresa pública, no podría colocar estos US$2,000 millones. Si ellos no pagan, lo paga el MEF, todos nosotros. El endeudamiento público está en 25% del PBI, no es alto, pero debemos tener cuidado. Es una deuda por algo que no vale la pena y el crecimiento es muy bajo.
¿Quién gana con los bonos?
-El ciudadano no gana nada, Talara no debió hacerse. Con una tributación baja, los únicos que ganan son los agentes que venden los bonos. Son los hechos.
¿Quiénes son los agentes?
-Para Talara han intervenido Merrill Lynch, Goldman Sachs
y JP Morgan. Ha trascendido que había otra cartera de bancos y esta se cambió. El presidente de Petroperú debe decirnos si se cambió o no, cuánto se pagó de comisiones a estos agentes y quiénes son los que operaron. Por transparencia.
¿Talara es un lastre?
-Sí, pero uno hubiera esperado que este gobierno evaluara el proyecto antes de transferirle 400 millones y de emitir US$2,000 millones en deuda y no lo hizo.
¿El destrabe no avanza?
-Lo único que se ha destrabado es Talara y Chinchero, que naufragó. ¿Dónde están las obras de agua y desagüe? La anemia está en 43%. Pregunten al gobierno del ex presidente García cómo lo hizo. No lo conozco, pero la bajó considerablemente. Ya estamos en el 20% de esta administración, requerimos resultados. El presidente dijo que destrabaría la inversión minera, Tía María. Pero vimos que su única preocupación fue destrabar Chinchero. Deben escuchar las críticas, son para que el país avance. Lima requiere obras. La Carretera Central también. Necesitamos agua y desagüe, hospitales, escuelas. Pero estamos obsesionados con el Gasoducto, Chinchero y Talara.
¿Se ha perdido el rumbo?
-En términos económicos, estamos perdidos. Como van las cosas, será difícil crecer más de 2%. Creceríamos más si el ministro Zavala activa la inversión pública. Se requiere gestión, vemos errores gruesos de dónde están las prioridades. Se dice que estamos por encima del crecimiento de la región, pero Chile no tiene 20% de pobres, 25% de niños desnutridos en lo rural y en Puno la anemia es 75%. Hemos perdido 100 mil empleos formales en el país.
¿Un cierre del Congreso desploma la economía?
-Por supuesto que la desploma, sería una locura. El mandato popular indicó que el Ejecutivo debe entenderse con toda la oposición. Jugar con el indulto a Fujimori no es buen camino, tampoco invitar al diálogo a la oposición, para después negarlo. Con el enfrentamiento perdemos todos. Este gobierno ha tenido dos shocks: El Niño y la mala política económica, que incluye la ausencia de una estrategia contra la corrupción. Eso nos está matando. Puede venir un tercer shock: la incertidumbre política ha comenzado a tener efecto en la inversión privada. Cerrar el Congreso o vacar al presidente nos afectará directamente en el bolsillo.
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