Gonzalo Pajares (gpajares@peru21.com)
En esta entrevista, el excanciller Francisco Tudela vaticina que el régimen de Nicolás Maduro no caerá pronto, y le aconseja a la oposición venezolana dejar las barricadas y hacer una resistencia firme pero de largo plazo, hasta horadar la piedra de un gobierno al que califica como ‘neomarxista’.
¿Por qué Venezuela está en crisis?
Cuando un gobierno reparte los ingresos del petróleo en forma de dádivas –dádivas que alivian ilusoriamente la pobreza, pero que no representan un cambio de condición con respecto a ella–, se genera una clientela, asistencialismos que generan dependencia. En lugar de crear infraestructura, mercados, sistemas de comunicación, etcétera, el gobierno venezolano se ha concentrado en, por ejemplo, dar un bono de 300 dólares para ir a la playa y cosas por el estilo.
Es decir, en Venezuela hay un asistencialismo que busca el clientelismo…
Así es. Además, cuenta con una inmensa administración pública, que cada día crece más y que también es dependiente del Estado. Y, para cerrar, Venezuela cuenta con 700 mil milicianos que, en realidad, son paramilitares, quienes tienen la vida asegurada si apoyan al chavismo. Gobiernos como el de Maduro funcionan por el dispendio del erario público y no les interesa crear riqueza para sus ciudadanos, y menos que tengan una dinámica de crecimiento, de independencia personal y de libertad. Quien no se alinea con el chavismo padece los rigores de un estado dictatorial que, además, tiene una política económica desastrosa. Así, el emprendedor, el estudiante es el paria del modelo ‘neocomunista’. Hoy, el paria ha resultado siendo un revolucionario y se ha sublevado.
Curiosa contradicción…
No, porque la libertad es siempre la libertad. No hay diferencia entre la revolución americana de 1776 y la de los estudiantes venezolanos. Maduro gobierna por decreto ley y no tiene la más remota intención de formar un gobierno de cohesión nacional. La de Maduro es una tiranía pintoresca pero muy peligrosa.
¿Lo que vive hoy Venezuela se produce porque el modelo es insostenible?
Hay otro elemento más importante que la economía: la libertad. En Venezuela hay una dictadura legal, real. Lo que muchos no recuerdan es que el 20 de noviembre de 2013, la Asamblea Nacional de Venezuela abdicó de su capacidad de legislar, le dio plenos poderes a Nicolás Maduro para que este gobernase mediante decretos ley. Desde ese día, un solo hombre toma todas las decisiones de gobierno. Obviamente, en un contexto así no hay libertad. Venezuela es hoy un estado arbitrario, dictatorial, neomarxista, muy mal administrado, que ha gastado miles de millones en armas para pelear contra fantasmas. Ellos dicen que se están armando para evitar que los invada EEUU ¡Quién va a creer eso!
La influencia de Cuba en Venezuela es inmensa…
Inmensa, al punto que le ha dado el control de sus FF.AA. a un estado extranjero. Y no lo ocultan. Antes de tomar una decisión, las autoridades de Cuba y Venezuela lo coordinan todo.
¿Lo que vive hoy Venezuela podría ser peligroso para las democracias de América Latina?
Lo que es peligroso es la sinergia entre Cuba y Venezuela. No hay que ver a Venezuela separada de Cuba. Y no hay que dejar de tener en cuenta la sinergia entre Cuba, China y Rusia. El siglo XXI nos presenta una nueva geopolítica, dos grandes potencias, EEUU y Rusia, se enfrentan en distintos escenarios: Siria, Georgia, Ucrania… y Venezuela. Recordemos que el vocero de prensa de Putin fue embajador en La Habana. Entonces, para Rusia esta situación no es ideológica, es geopolítica. Y el bloque que integra con China ya ha puesto, gracias a Cuba, un pie en América. Entonces, el peligro para nuestras democracias está en que, por primera vez, el continente se parta en dos.
Estos países argumentan que luchan por un nuevo y mejor orden mundial…
Este bloque de países pretende desacoplarse de la economía mundial y generar su propio espacio económico e ideológico e imponer el ‘socialismo del siglo XXI’, el ‘neomarxismo’, ‘el poscomunismo’. El fondo del asunto es que la dirección del mundo tiene tres vectores: democracia representativa, los derechos humanos y la libertad de mercado, que son, también, las tres expresiones más grandes de la libertad personal. Estos tres vectores se enfrentaron a los fascismos (1939-1945) y los vencieron; luego, después de la Guerra Fría derrocaron al comunismo: la URSS dejó de existir en 1991. Entonces, suponer que el ‘neomarxismo’ sí vencerá a los tres vectores es una cosa absurda. Es cierto que su lógica no es aquella implacable del marxismo-leninismo: es más táctica que estratégica y la demagogia es su arma. Además, es pragmática y con una finalidad única: controlar todo desde el Estado.
A propósito, ¿qué piensa del accionar de los países de América Latina con respecto a lo sucedido en Venezuela?
Ha sido lamentable. Los países de América Latina, con la excepción de Chile y Colombia, siguen hipnotizados por el chavismo. No reaccionan porque tienen miedo de que Cuba y Venezuela les ordenen a las fuerzas de izquierda que los desestabilicen. Es decir, tienen miedo a la subversión interna… y tienen compromisos que desconocemos. Además, Argentina, Ecuador, Bolivia y, en menor medida Perú, tienen una relación estrecha con Cuba y Venezuela; por lo tanto, no los van a contradecir.
¿Le cabe alguna duda de que la campaña de Humala fue financiada por Venezuela?
Eso no es importante, lo que sí es claro es que Cuba y Venezuela apostaron por él, y que hoy el Perú tiene una adhesión política hacia estos dos gobiernos ‘neocomunistas’. Los pronunciamientos de política exterior de nuestro país se hacen en consonancia con la línea política de Cuba y Venezuela. Un país como el Perú, que tiene una larga tradición histórica, no puede ser un satélite de una república petrolera. Tenemos que ser soberanos e independientes por una cuestión de prestigio y orgullo nacional. Si la visión que un gobernante tiene del Perú es con grandeza respecto a su gente, historia y destino, pues ese gobernante no se humilla ante ideólogos de segunda categoría.
¿No se podría aplicar la Carta Democrática Interamericana?
Para que se aplique tendría que reunirse la OEA en sesión permanente, pero el problema es que nadie protestó cuando Hugo Chávez denunció la Convención Interamericana de DD.HH. Por eso, ni la Comisión ni la Corte Interamericana tienen jurisdicción en Venezuela.
¿Cómo ve a la oposición venezolana?
Está en una fase incipiente. Su esfuerzo es de largo aliento. Quienes piensen que Maduro caerá ahora están equivocados. Lo que va a ocurrir es que habrá más represión, represión que va a generar más resistencia, y habrá un deterioro profundo de la situación social y más violencia. Pero la oposición debe ir creando consensos en el ámbito interamericano, europeo. Debe construir una estrategia que no debe ser la de la barricada, porque la estrategia de la barricada conduce a catástrofes. La oposición tiene que ser como el agua: horada la piedra, pasa a través de la arena, rodea las piedras hasta que las disuelve. Debe tener mucha paciencia porque es un esfuerzo de largo alcance. Y yo les recomendaría que amplíen su presencia internacional, deberían tener sus ‘embajadas’.
¿Cuánto futuro le queda al chavismo?
Si Adolfo Hitler cayó, por qué no va a caer Nicolás Maduro. Si cayó Stalin, por qué no debería caer Maduro. Y lo repito, los activos de Venezuela no son propios, dependen de Cuba y Rusia.
FRASES
- “Desde que el chavismo se instaló en el poder, Cuba ha recibido 120 mil millones de dólares de Venezuela. Hoy recibe mil millones de dólares al mes, es decir, 12 mil millones al año”.
- “En La insoportable levedad del ser, novela del escritor Checo Milan Kundera, se narra las desgracias que viven en los países comunistas quienes se atreven a pensar distinto. Lamentablemente, hoy esto sucede en Venezuela”.
- “Quien no se alinea con el chavismo y sus ideas padece los rigores de un estado dictatorial que, además, tiene una política económica desastrosa. Así, el emprendedor, el estudiante, es el paria del modelo ‘neocomunista’”.
SOBRE LA HAYA
- “El fallo de La Corte Internacional de La Haya es enormemente positivo. Nos da un dominio marítimo que antes no teníamos”.
- “A pesar de que nuestro país no ha firmado ni ratificado la Convención del Mar, La Haya reconoció el dominio marítimo peruano sobre las 200 millas. Esto es fundamental”.
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