Elena Iparraguirre, esposa del genocida Abimael Guzmán y número dos de Sendero, no ha cambiado su forma criminal de pensar –como lo admitió a la revista The Economist–, no ha mostrado ni una pizca de arrepentimiento por el baño se sangre que desataron y, para colmo, ahora dice que quiere una “solución política, amnistía general y la reconciliación”.
“El Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso) no está en guerra, fue derrotado hace 20 años”, dijo la terrorista en una carta de su puño y letra que le envío al director de la publicación británica, misiva a la que Perú21 tuvo acceso.
Iparraguirre, capturada junto a Guzmán el 12 de setiembre de 1992, cumple una pena de cadena perpetua. En la carta que escribió en su celda del Penal de Mujeres de Chorrrillos, indica que la cúpula terrorista está “luchando por una solución política, amnistía general y la reconciliación”, tesis que defiende el Movadef, brazo legal de Sendero.
Asimismo, señala que le causa extrañeza que mientras en Colombia se inicia el diálogo con las FARC, aquí “nunca quisieron hacerlo” y, por el contrario, se alistan normas como la de del negacionismo, a la que calificó de “persecutorio”.
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