La corrupción es uno de los temas de agobio contemporáneo en el país, haya o no escándalos mediáticos de por medio. Los porcentajes no son desdeñables: miles de personas alegan haber estado cerca de actos de corrupción.
La encuesta nacional de hogares (Enaho) de 2015, del INEI, incluyó la pregunta “En los últimos 12 meses, ¿a usted o a algún miembro de su hogar le solicitaron, se sintió obligado o dio voluntariamente regalos, propinas, sobornos, coimas a un funcionario del Estado?”. Es importante resaltar el plazo (los últimos 12 meses) y el énfasis sobre el solicitante (funcionario del Estado). Estamos hablando de una modalidad específica de corrupción, la cual –además– no todos se animan a exponerla públicamente.
La interrogante busca acercarse a la victimización de la corrupción. Tiene la potencialidad de lo concreto, aquello que realmente pasó y no lo que se cree que pasa.
Presenta, sin embargo, el flanco de lo relativo: lo que para algunos es un regalo, para otros puede resultar un gesto amable, o una coima ser considerada como tal solo cuando excede determinado monto.
Variación regional
La respuesta positiva varía en cada una de las regiones, fluctuando entre Piura (0.9%), que presenta un número más bajo y, al otro extremo, Tacna (6%).
Si se presenta la cifra en números de personas, se puede decir que más de 16 mil personas en Piura y más de 20 mil en Tacna respondieron afirmativamente.
Se puede clasificar a las regiones según la prevalencia de la victimización de la corrupción. En el primer grupo, con la excepción de algunas regiones costeñas indicadas, están las regiones que presentan una baja respuesta positiva a la pregunta sobre participación en sobornos (de 0.9% – 1.9%), que han tenido tradicionalmente poca presencia estatal.
En el segundo grupo se encuentran las regiones con respuesta positiva media (2% a 3.9%). Salvo Madre de Dios (3.6%), son regiones que tienen sólida presencia estatal, incluyendo el núcleo capitalino (Lima, 3.5%; y Callao, 3.6%). Debido a las recientes actividades contra la minería ilegal, Madre de Dios ha recibido una gran atención por parte del Estado.
El tercer grupo presenta a tres regiones: Puno, Junín y Tacna, las dos primeras con 4.6%, y la última con 6% de individuos participantes en corrupción estatal menuda. Dos de estas regiones se encuentran en fronteras muy activas.
Impacto en la democracia
Otro aspecto relevante es el daño que le hace la corrupción al sistema democrático, lo que cuestiona severamente el dicho “roba pero hace obra”.
La encuesta comparó también la percepción sobre el funcionamiento de la democracia entre los que han estado expuestos a la corrupción versus los que no.
Aquellos que han estado expuestos a la corrupción opinan en un mayor porcentaje que la democracia funciona mal o muy mal (65%). En cambio, entre los que no han estado expuestos, el porcentaje se reduce considerablemente (53.5%).
Consecuentemente, una variación similar se da entre los que tienen una percepción “buena” o “muy buena” del funcionamiento del sistema democrático. Entre quienes fueron víctimas de corrupción, el 35% tiene una percepción positiva del sistema; entre quienes no, la percepción positiva sube al 46.5%.
La exposición a la corrupción debilita la opinión acerca del funcionamiento de la democracia.
Cifras
- 6% es el porcentaje de personas que afirma haber sido víctima de corrupción en Tacna, la más alta cifra a nivel nacional.
- Piura es la región con la respuesta afirmativa más baja: 16,600 personas habrían sido víctimas de un acto de corrupción durante el 2015.
Este contenido fue elaborado exclusivamente para Perú21 por el grupo de análisis político 50+1.
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