Una verdad a medias. Mientras el ministro de Justicia, Daniel Figallo, sostenía que la renuncia del ahora ex procurador anticorrupción Christian Salas se debió a que este quería retomar proyectos personales, fuentes de dicho sector consultadas por Perú21 revelaron que el defensor del Estado no solo renunció por motivos personales.
“El doctor también se sintió incómodo (en el ejercicio de su cargo) y por eso renunció”, explicaron las fuentes sin entrar en mayores detalles. Su salida generó una serie de comentarios, como el de Juan Sheput.
“Él (Figallo) obedece a pie juntillas lo que le dice la primera dama y Ollanta Humala. Yo tengo información de primer nivel de que Figallo ha estado presionando a Christian Salas para que se calle, morigere sus actitudes, para que no esté atacando a Martín Belaunde ”, declaró Sheput a Ideeleradio. Para él, este gobierno está tomando actitudes montesinistas.
En diálogo con Perú21, el abogado Ronald Gamarra señaló que es evidente que hubo presión para que Salas presente su renuncia, ya que al Ejecutivo no le gustó la postura que estaba tomando la Procuraduría acerca del caso Belaunde Lossio. “Y lo que colmó la paciencia fue cuando Salas dijo que Martín Belaunde no calificaba como colaborador eficaz ”, puntualizó.
NO HAY PRESIONES
A su turno, la premier Ana Jara declaró que no existe ningún tipo de presión política y que este gobierno “ha rescatado el papel fiscalizador de Salas”.
El Ministerio de Justicia encargó la Procuraduría a Joel Segura, quien hasta ahora se desempeñaba como adjunto. Figallo no descartó que se le ratifique en el cargo.
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