Enrique Castillo,Opina.21
ecastillo@peru21.com
La credibilidad del Ejecutivo es realmente baja, y debe de haber empeorado luego de la maniobra que el presidente intentó sin éxito –“quitacuerpo” le ha dicho Lourdes Flores– para salvarse, dejando muy mal parados a su bancada y a sus socios de Perú Posible. Esta desconfianza hacia el Gobierno se comprueba también en la encuesta de Ipsos, donde el 61% de los peruanos no le cree a la primera dama cuando dice que no va a postular en el 2016.
Es obvio que el presidente tiene que cambiar radicalmente de actitud y de discurso, porque lo que hoy hace –confrontar– y deja de hacer –solucionar problemas– le está pasando una factura muy cara.
Es importante también que su esposa –cuya aprobación solo alcanza el 38%– replantee su actuación en el Gobierno, porque parece que su presencia, actitudes y acciones –‘luz verde’ al ministro Cateriano o ‘luz roja’ al ministro Peirano– hacen que más gente –40% hoy– piense que ella cogobierna. El riesgo es que la presencia de ella ya no genere simpatías sino rechazo y fastidio.
Varios cambios en el Gabinete son urgentes, empezando por el primer ministro –cuya aprobación llega solo al 13% porque parece que nadie lo toma en cuenta–, y siguiendo por varios otros ministros que ya se han ‘quemado’ por ineficaces o porque solo se han dedicado a pelear, a acompañar a la primera dama o a esperar su ‘luz verde’.
Si el presidente y su esposa no se dan cuenta de que necesitan corregir errores, tienen un grave problema. Y si no comprenden –porque quieren seguir manejando el Gobierno a su manera– que requieren de colaboradores de primera y no de ministros acompañantes o asesores que parecen enviados por el enemigo, entonces el país empezará a perder lo mucho que ha ganado.
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