Temprano, casi cuando el sol asomaba en el horizonte, la gente empezó a caminar. Llegó de todas partes de Lima y de varias provincias. “Los autos, papá”, gritaba un niño que estaba por acostumbrar sus oídos a los motores. “Una foto, amigo”, pedían chicas, vestidas con diminutas prendas, a los pilotos extranjeros que se detenían en el camino. Un camino de 10 kilómetros entre el ‘Village Dakar’ y el podio de salida en Agua Dulce. Así comenzó la fiesta en la Costa Verde.
Y mientras ellos desfilaban, un avión hacía piruetas en ese cielo amigo del ardiente sol. Pero allí estaba la chicha morada helada para la garganta y el siempre presente cebiche para un estómago hambriento que soportó las cinco horas que duró la presentación. Allí estaban los bailes peruanos, con cajón y marinera, que pusieron a aplaudir a los extranjeros en el mismísimo podio de salida. Con el presidente Ollanta Humala de protagonista.
Acompañado por su esposa, Nadine Heredia, el mandatario arribó al lugar al volante de una camioneta roja, la misma con la que cruzó el podio. En el mismo dio la largada simbólica a Al Attiyah (autos) y Ciril Despres (motos). Además, se fundió en un abrazo con el equipo peruano. “Perú estará en la palestra con su geografía. Los pilotos peruanos superarán todo y terminarán entre los primeros”, dijo Humala.
Gente cerca del mar, en los riscos y en los alrededores de la avenida Huaylas y la Panamericana Sur, parte del recorrido hacia Pisco. Todos unidos al Dakar, a los pilotos que recorrieron los 263 kilómetros. Cayó la tarde y la gente volvió a casa con el ruido de los motores en su cabeza.
SABÍA QUE
- Mil millones de personas alrededor del mundo disfrutarán de la edición 34 del Rally Dakar.
- En Agua Dulce, cada vehículo demoró un promedio de dos minutos para mostrarse al público y, luego, partir a Pisco. Varios demoraron mucho más.
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