Claudia Portocarrero,Empresaria y modelo
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
“Soy imagen del premio Mujer Microempresaria que organiza CrediScotia. Estoy viajando por el país promocionando el evento y, al conocer las historias de tantas mujeres valiosas, me emociono, pues yo trabajo desde los nueve años y, como ellas, yo viví situaciones de esfuerzo, de sacrificio, de emprendimiento. Quienes deseen participar visiten: www.crediscotia.com.pe”, nos dice Claudia Portocarrero quien, además de ser modelo y conductora de eventos, es también una exitosa empresaria.
Cuando eras niña, ¿cómo imaginabas tu futuro?
Tuve la infancia más feliz del mundo. A pesar de los difíciles momentos que pasó mi familia por falta de dinero, fui feliz. Trabajo desde los nueve años: vendía dulces, refrescos, cebiche, ropa… de todo un poco.
¿Qué te hacía feliz?
Yo no sentía que trabajaba, sentía que jugaba; no sentía ninguna responsabilidad. Y eso lo he mantenido hasta hoy: trabajar y, a la vez, divertirme. Y también iba a la escuela, donde mal no me iba… menos en matemáticas (ríe). No era inteligente, pero sí bien chancona y, claro, mi curso favorito era Educación Física (ríe). El deporte siempre me encantó, era una buena voleibolista. Y a los 13 años me entró el bichito del baile y, a los 14 años, junto con mi hermana, entré a una orquesta a bailar.
¿Alguna vez te sentiste un patito feo?
No, siempre he sido guapa (ríe), tenía mi jale, siempre había chicos detrás de mí, era muy popular en el colegio. Soy bella, sensual y tengo personalidad. Soy bastante espontánea, alegre, buena onda y bien entradora.
Viniste muy joven a Lima…
A los 15 años para trabajar con Nílver Huárac, quien siempre se portó bien conmigo, nunca se me insinuó: es una gran persona. Quería entrar a La Movida pero, como era menor de edad, no se pudo. Entonces, me puse a bailar para Liseth Soto y, desde entonces, no he dejado de trabajar. Me siento una afortunada, pues, hasta hoy, siempre he logrado en mi vida y en mi carrera lo que me he propuesto. Hoy en ‘profesión’ escribo “artista” o “empresaria”.
¿En qué faceta te sientes más cómoda?
Yo siempre lo entrego todo, pero mi gran pasión es la actuación. No me he dedicado a ella todo lo que hubiese querido –he actuado en unas cinco miniseries, en algunas películas–, quizás porque mi faceta de empresaria y conductora me ha absorbido, pero me he prometido que este año sí le daré todo de mí. Por lo pronto, ya tengo tres cortometrajes confirmados. Y no creas que soy una improvisada: he hecho talleres de claun, estudié con el gran Aristóteles Picho, con Efraín Aguilar.
Eres empresaria…
Con mi hermana decidimos entrar en el rubro de la venta de ropa. Primero comprábamos y, luego, revendíamos, pero ahora diseñamos. Mi marca se llama La Ñañita, y tenemos tiendas en el Megaplaza y en Jesús María. Hacemos ropa para chicas con un máximo de 35 años, no queremos abarcar mucho. También tengo dos productoras de espectáculos: una con Dilbert Aguilar, mi expareja, y otra, Portocarrero Producciones, donde hacemos eventos de modas, proveemos anfitrionas, modelos, etcétera. Soy la ‘juefa’ (risas). Mi familia me apoya, felizmente. El otro día les dije a mi mamá y a mi hermana: trabajo desde los nueve años, ahora quiero descansar un poquito, viajar dentro y fuera del país, es decir, quiero relajarme.
Al fin decidiste terminar con Dilbert…
(Ríe). Después de una relación de 11 años, hace 19 meses que no salgo con él. Luego conocí a otra persona pero no pasó nada porque yo necesito a alguien que me dé paz, y esa persona me angustiaba. Yo no quiero que me hagan escenas de celos, que me estén llamando a cada instante, enviando mensajes. A mis 28 años ya sé lo que quiero: tranquilidad. Hoy salgo con otra persona y estoy muy tranquila.
Un día de estos vamos a ver un ampay tuyo…
(Ríe). No, yo hago mis cositas en casa, para eso tengo mi departamento. Pero ni allí, porque vivo con mi hermana, y ella es como mi madre, me cuida, me controla. Y no soy de grabarme… una vez Dilbert lo hizo, para verme un ratito, pero luego borramos el video.
¿Eres fiel?
Sí, pero me arrepiento (risas). Estuve 11 años con Dilbert, pero no quiero hablar sobre nuestra relación porque a ese chiquito lo adoro, lo amo como si fuera mi familia. Dilbert siempre me cuidó. A pesar de sus errores, no soy nadie para juzgarlo.
¿Cómo enfrentas el acoso?
Hoy, de manera normal. Recibí muchísimas propuestas pero nadie podrá decir que accedí a alguna. Por ello, me siento orgullosa de mí misma. Hoy hasta me ofrecen matrimonio, pero no estoy para casarme con nadie, quiero disfrutar mi vida, mi soltería. Me siento libre, suelta, hago lo que quiero, me voy a donde me da la gana, algo que durante 11 años no pude hacer. Y sí, quiero casarme, tener una hija, pero no ahora sino dentro de tres años, cuando tenga 31, es decir, me queda algún tiempo para disfrutar la vida (risas).
AUTOFICHA
- Tengo 28 años y tres hermanos. Vine a los 15 años a Lima. Me chocó pues en Iquitos se quedaron mis hermanos –mi madre se vino conmigo– y eso me puso triste.
- Hace 19 meses que no estoy con Dilbert Aguilar. Somos socios aún, pero hoy salgo con otra persona. Quiero un hombre que me dé paz.
- No soy de fiestas. Si voy a una discoteca es para quitarme el estrés, para bailar hasta morir; me tomo un traguito, me quedo dos horas y, luego, regreso a mi casa.
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