13.NOV Miércoles, 2024
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Opinión

Aldo Mariátegui,Ensayos impopulares
Me explica un amigo abogado: “Hace días Diego García Sayán (DGS) presentó una solicitud a Humberto Sierra, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para que se le excuse de participar en los casos contenciosos sometidos a la corte por un lapso indeterminado mientras compita por el cargo de secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA)”. El diligente y amistoso Sierra accedió… ¡el mismo día!, lo que generó que otros dos magistrados se opongan. Uno fue Manuel Ventura, que escribió a Sierra para protestar por no haberse actuado según el estatuto de la Corte, pues sostuvo que Sierra erróneamente aplicó el artículo 19.2, que solo se refiere a excusas para no conocer casos concretos, no para excusar ausencias. Además, Ventura afirma que la postulación de DGS a la OEA es incompatible con su cargo de juez y exige que todo esto se discuta en el pleno de la Corte. Pero el amistoso y diligente Sierra deniega dicha solicitud a Ventura porque la excusa ya fue otorgada… El otro disidente fue Eduardo Vio, que presentó una “constancia de disentimiento” con los mismos argumentos de Ventura, y agrega que tanto la excusa presentada por DGS como lo resuelto por el amistoso y diligente Sierra pueden afectar la credibilidad de la Corte en su imparcialidad, dignidad y prestigio, pues por intereses ajenos a la CIDH es que DGS ha demandado dejar de ejercer sus funciones por un periodo determinado, para –seguramente si pierde– posteriormente reintegrarse. Vio asevera que esto podría generar una percepción de inestabilidad y fragilidad institucional o, incluso, de inseguridad jurídica respecto de los fallos”. Es que DGS no quiere perder cabra y soga…


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