RÍO DE JANEIRO (Agencias).– Entre el jueves y la madrugada de ayer, la ciudad brasileña de Río de Janeiro vivió horas de violencia a raíz de conflictos entre policías y manifestantes que realizaban una protesta delante del palacio de la gobernación del Estado.
La Policía detuvo a 46 personas y dispersó a la multitud utilizando gases lacrimógenos, balas de goma y chorros de agua. A su vez, los revoltosos respondieron lanzando piedras y cócteles molotov.
La manifestación en Río formó parte de una convocatoria nacional de las principales centrales sindicales de Brasil para pedir la reducción de la jornada laboral.
Además, se produjo un par de semanas después de la ola de marchas contra la corrupción y en demanda de mejores servicios públicos de salud, educación y transporte.
Por su parte, la organización Amnistía Internacional criticó duramente la violencia excesiva de la tropa de choque de la Policía militarizada.
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