Rosana Cueva: Nadine en su laberinto

Un vuelco inesperado ha surgido en el guion de escape de Nadine Heredia. Es verdad que ella, legalmente, no fugó del país. Partió con todos los papeles en regla. La película, sin embargo, aún no acaba. El anuncio hecho ayer por la FAO imprime un giro imprevisto en la trama elaborada con dedicada anticipación por la ex primera dama. Contra todo pronóstico, la FAO de Graziano da Silva –que en un primer momento se mostró inflexible frente a los reclamos de la Cancillería peruana, que defendió en su página web la contratación a Heredia– anunció de manera oficial que ha aplazado la asunción de funciones de la señora Heredia como Directora de su Oficina de Enlace en Ginebra.

En términos diplomáticos, es un reconocimiento a la falta de cortesía, por decirlo menos, de no informar al estado peruano sobre los tramites que venía siguiendo la señora Heredia con este organismo. Punto para la Cancillería, no así para Heredia, a quien la FAO con este último anuncio le ha retirado la alfombra de salida de Perú. La ex primera dama se ha quedado en el limbo sin nada que justifique hoy su estadía en Roma, menos en Ginebra.

Tras esa suspensión, para muchos, anulación en lenguaje diplomático, Nadine Heredia ya ni siquiera podrá continuar en el curso de capacitación de casi tres semanas fijado en Roma del 25 de noviembre al 12 de diciembre.
Sin ese paraguas solo le queda regresar, intentar ser coherente con el discurso con el que ella y su esposo construyeron un movimiento y cumplir con el mandato del juez de retornar antes del 5 de diciembre.

¿Tendrá otra carta bajo la manga? Es probable. Si algo ha demostrado Heredia, a quienes la subestimaron, es que puede sorprender con jugadas maestras, preparadas con mucha antelación.