Jorge Gómez,Epidemiólogo
AUTOR: Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com
En marzo, en África Central, empezó un brote de ébola que, hasta el momento, ha causado más de mil muertes. La OMS ha declarado que hay una “urgencia de salud pública de interés internacional”, pero no ha considerado una restricción general de los viajes desde y hacia los países afectados. En busca de luces sobre el tema buscamos a Jorge Gómez, jefe de la Unidad de Epidemiología de la Clínica San Pablo.
¿Qué es el ébola?
También conocida como la ‘fiebre hemorrágica del ébola’, es una enfermedad infecciosa, transmisible y causada por un virus. Su origen es zoonótico, es decir, animal, y pudo ser transmitida a los seres humanos por su contacto con estos. No se encuentra en cualquier lugar, sus brotes se han detectado solo en África, y no en cualquier parte sino en la parte occidental y media de ese continente, que es la más tropical.
El primer caso data de 1976. ¿Qué animal lo tiene?
Unos estudios encontraron un virus similar en murciélagos africanos. Se desconoce cómo se transmitió a los humanos. Se cree que por contacto directo, pues el virus se encuentra en las secreciones de estos animales. Además de los murciélagos, se ha encontrado ébola en primates como monos, chimpancés y gorilas.
Esta no fue una enfermedad creada en un laboratorio…
No. Se la reconoce como una enfermedad nueva, emergente. Lo más probable es que haya existido desde antes, pero recién fue reconocida en el año 1976. Sabemos que el hombre explora selvas, zonas vírgenes y se encuentra con fauna y flora nueva, se mete en el ‘ciclo silvestre’: este contacto puede originar nuevas enfermedades. Desde entonces, sus brotes se han presentado de forma esporádica y siempre en la zona central de África. La transmisión es mayor en esta zona por sus condiciones de salubridad, que no son buenas. El ébola es una enfermedad severa, incluso en los animales.
Hablemos de ello: su propagación, su contagio, ¿es rápido?
No. Si el paciente llega a un centro de salud donde se cumplen todas las medidas de control de infecciones, el caso queda allí, como un caso aislado. Los inconvenientes se presentan en lugares con pocos recursos, donde el cuidado del paciente no es el más adecuado, donde se reutilizan jeringas, aquellos que no tienen equipos de protección personal para el tratamiento del paciente. Lo que ha pasado en África es que los centros de salud no están convenientemente equipados: ni en logística ni en capacitación del personal.
El ébola se transmite a través de los fluidos corporales…
Así es. Y se propagó con rapidez por el contacto directo –por los ritos del velatorio, del entierro– que tienen los familiares con los fluidos del fallecido. No se contagia, por ejemplo, con un saludo con las manos, no atraviesa la piel sana: tiene que haber contacto con los fluidos, con las mucosas, alguna laceración.
¿Existe el riesgo de que la enfermedad del ébola se expanda por el mundo?
Es mínimo, es poco probable. Hay una especie de alarma mundial, pero el problema real es en África. Si el brote es pequeño, el riesgo de diseminación es ínfimo… pero no es cero, pues el periodo de incubación oscila entre dos y 21 días. Es decir, el paciente se puede contagiar hoy y, luego, viajar y recién manifestar la enfermedad en su nuevo destino. Repito, la expansión de esta enfermedad tiene que ver con cuán preparados están los médicos y centros de salud para enfrentarlo. Y si llegan noticias de médicos abandonando hospitales es por el miedo, por el desconocimiento… ese es el problema de las enfermedades nuevas, desconocidas.
¿Cómo evitar contagiarse?
Repito, hay que estar tranquilos, es poco probable que el ébola se disemine por el mundo. La lucha debe ser macro: el apoyo debe ser internacional, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del Centro de Prevención y Control de Enfermedades, etcétera, instituciones que tienen que estudiar la enfermedad y apoyar a los países donde el brote ha surgido. La epidemia debe ser controlada en el foco, pues así no se expande.
¿Cómo controlar esta enfermedad si no hay cura, si no tiene vacuna y su mortalidad es de 90%?
No todas las enfermedades tienen tratamiento o curación: el ébola no tiene un medicamento que lo cure o una vacuna que lo prevenga… pero se puede controlar. ¿Cómo? Porque sabemos cómo se transmite, entonces, su expansión se evita eliminando los factores que la producen. La solución va por la identificación de los casos –a través de la vigilancia epidemiológica–, el aislamiento de los pacientes –dándoles un tratamiento de soporte para evitar complicaciones y reducir el riesgo de muerte– y la cuarentena de los contactos se puede controlar el ébola… por más que aún este no tenga ni tratamiento ni vacuna. El ébola es una enfermedad severa y, aunque parezca paradójico, esta severidad permite que sea fácilmente identificable, aislada y controlada.
AUTOFICHA
- “Estudié Medicina en San Marcos. Trabajé en la Dirección General de Epidemiología del Ministerio de Salud y, desde noviembre de 2013, en la Clínica San Pablo”.
- “Soy egresado de la Maestría en Control de Enfermedades Infecciosas de la U. Cayetano Heredia. Soy profesor de la U. San Martín”.
- “La OMS debe promover la investigación del ébola. Como es una enfermedad focalizada, los laboratorios privados no lo harán, los fondos deben ser públicos”.
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