JOSÉ LARA
Enviado especial
MENDOZA .- Como cuando debutas y no tienes experiencia. Cuando no sabes que camino tomar para satisfacer el instinto que te rodea en el cuerpo. Como cuando debutas, cuando tienes que controlar la situación para llegar al clímax de la felicidad. La historia del domingo dice que debutamos mal en el hexagonal, que dejamos ir la chance de una sonrisa. Uruguay nos ganó 3-1 sin mayor ventaja que dos errores nuestros. Ahora iremos por la segunda experiencia, obligados a hacerlo bien.
Porque ayer lo hicimos solo regular, y para ir al Mundial de Turquía no podemos conformarnos con ello. Y no es excusa que no teníamos al portero titular, ni a los centrales, o que enfrente estaban estos ‘charrúas’ de mayor tamaño. Porque a pesar de eso, fueron ellos los que empezaron temblando con cada arranque de Jordy Reyna, cada marca precisa del lateral Chávez, o cada amague del ‘Orejón’ Flores.
Por eso al minuto y medio ya Reyna anunció con un ataque que despejó la zaga celeste. Pero Uruguay rebuscó en sus shorts y encontró algo de historia. En 9’, el golero Vidal salvó ante Laxalt y minutos después nos golpearon. Fue por arriba, como tantas veces, cuando el central Formiliano se elevó más que un despistado Ortiz y trasladó la pelota al fondo de nuestro arco.
Era el momento de revivir, y lo hicimos a pesar de la tonta expulsión de Jean Deza (dos amarillas infantiles) a los 26’. Primero Torrejón la mandó al poste a los 29’ y luego la calma pareció reinar cuando Jordy forzó la expulsión de Velásquez (32’). Era diez contra diez e instante para igualar. Lo hizo Reyna, a pase de Flores, con un derechazo ajustado en 43’. Hasta allí no era un debut malo, hasta allí.
ERRORES MORTALES
Empezando el segundo tiempo teníamos la pelota, las ganas y queríamos terminar la historia contentos. Pero el técnico Ahmed volvió a tropezar con sus malos cambios. Mandó a la cancha a un lento Raziel García, de nulo aporte en el torneo, y además no ordenó la defensa. En 68’ un pelotazo largo, Nicolás López que se saca a Vidal y desnivela de zurda. El tercero fue otro contragolpe culminado por Diego Rolán (87’) y con la zaga en ataque.
Caras largas, caras tristes y enojadas. Quedan cuatro partidos, cuatro experiencias que vivir. Pero el debut fue malo, amargo. De esos que dañan a los muchachos que empiezan a volverse hombres.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.