Luis Galarreta,Congresista
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
La semana pasada, la ciudadanía mostró su indignación cuando la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) y la Asociación de AFP anunciaron que sus afiliados recibirían la devolución del total de sus aportes cuando cumpliesen 110 años, es decir, 45 años después de jubilarse. Y la indignación se sustenta en el hecho fehaciente de que el promedio de vida de un peruano oscila entre los 81 y 84 años. Para hablar de esto y de las urgentes reformas que el sistema de las AFP requiere, buscamos al congresista Luis Galarreta, ex integrante de la Comisión de Economía del Congreso.
¿No es una burla hacia los afiliados de las AFP decirles que, para recibir el total de sus aportes, deben vivir 110 años?
Cuando hace dos años se hizo la mal llamada ‘reforma’ del Sistema de Pensiones, no se contemplaron las recomendaciones que realizó la Comisión de Economía del Congreso de la República. Entre ellas estaban la devolución del 100% de los aportes, una verdadera estimación de los años de vida de los aportantes, etcétera. Es decir, como la reforma no se hizo –por temor, por falta de riesgo y de visión–, siempre quedarán temas sueltos, sensibles… como el de los 110 años, y esto pone en riesgo la credibilidad en el Sistema de Pensiones de las AFP. Yo creo en este sistema, es mejor que el de la ONP, pero así como creo en él, estoy en contra del abuso, de los excesos, de aquello que lo pone en entredicho.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la esperanza de vida promedio entre los peruanos es de 81 años, el de las peruanas llega a 84. ¿Por qué no se usó esta proyección que sí tiene sustento en la realidad?
Lo que han hecho las AFP es una estimación de vida de 110 años de acuerdo con una fórmula matemática que se usa en el Primer Mundo. Según las propias AFP, solo el 0.03% de los aportantes en el Perú llegará a esa edad. Pero más allá de los temas numéricos, hay que ver las circunstancias específicas de nuestro país. A un alemán, por ejemplo, le resulta inconcebible morir en un accidente de carretera, acá eso es muy común.
¿Se podrá reducir la cifra de los 110 años a los del promedio de esperanza de vida de los peruanos?
Esa norma se debe modificar. Repito, el responsable de lo sucedido es el Gobierno, que no realizó las reformas estructurales que el Sistema de las AFP requería. Ahora, visto lo sucedido, el Congreso no debe quedarse de brazos cruzados y actuar.
¿Y por qué no pensar ahora en rehacer el sistema, en reformarlo de verdad? Lo peligroso es que el afiliado está perdiendo la confianza en él…
Sí, yo creo que deberíamos modificarlo. El sistema tiene ya 21 años y, cuando se creó, la realidad y la seguridad jurídicas del país eran otras. Ahora, la ley desde su creación está desfasada. También es verdad que no les veo voluntad política para esta transformación ni al Ejecutivo ni a la mayoría parlamentaria nacionalista. Hoy, Humala cree tanto en el sistema de las AFP, que no permitió que se hicieran las reformas estructurales que el sistema requería. Quienes creemos en el mercado, en la inversión privada ya señalamos que los cambios se imponen… el problema es que no nos hacen caso.
¿Diría que el sistema de las AFP es malo?
Es bastante mejor que el sistema público, el de la ONP, que, además, también requiere una reforma urgente porque está quebrado. Solo uno de cada siete peruanos que entra al sistema público recibirá su pensión, algo catastrófico. Si bien el sistema privado está mal, el público es una estafa. Ahora, el sistema de las AFP requiere urgentes modificaciones. Por ejemplo, deben ingresar más actores, más AFP, por ejemplo, los bancos. El tema de las comisiones siempre será un problema, la idea es que sea sobre el rendimiento, no sobre el saldo acumulado, lo que favoreció no al afiliado sino a las AFP. También están el tema de los deudos –¿a quién va el dinero del afiliado que muere?–, el de las estimaciones de longevidad –que no se ajustan a la realidad nacional–, el de los seguros, etcétera. Acá la reforma consistió en hacer una subasta pública para crear una nueva AFP… y esta la ganó una empresa chilena, y allí quedó el asunto.
Desde fuera la sensación que uno tiene es que las AFP desean quedarse con el dinero de sus afiliados, que no es poco: cada mes les damos el 10% de nuestros ingresos más una comisión. Es decir, no nos están haciendo ningún favor, les pagamos por su ‘trabajo’, ¿por qué no nos facilitan las cosas?
Así es. El peor enemigo del sistema privado, de las AFP, no son quienes creen en el sistema público –que ha fracasado– sino sus propios empresarios, las mismas AFP. Ellos, por temor a cambiar el statu quo, no se dan cuenta de que el sistema requiere mejoras, cambios, una estructura más transparente y confiable. El principal aliado de las AFP debería ser su afiliado, este debería batirse por su AFP, pero esto no sucede porque no se siente seguro, porque no confía en ella. ¿Qué otras señales del mercado necesitan para reformarse?
AUTOFICHA
- Durante años se habló de cambiar el sistema de las AFP. Recién cuando Humala tuvo posibilidades de ser presidente, ellas mismas, desesperadas, buscaron el cambio.
- Hoy, Humala cree tanto en el sistema de las AFP, que no permitió que se hicieran las reformas estructurales que el sistema requería.
- Solo uno de cada siete peruanos que entra al sistema público recibirá su pensión, algo catastrófico. Si bien el sistema privado está mal, el público es una estafa.
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