Anticipándose a la conmemoración de la Semana Santa, el Vía Crucis lo hizo esta semana la ministra de la Mujer, Ana Jara, a quien sus entusiastas declaraciones sobre la candidatura de Nadine Heredia a la Presidencia le valieron tremendo ‘cuadre’ desde Palacio de Gobierno.
Fuentes del Ejecutivo revelaron que a los inquilinos de la Casa de Pizarro no les hizo ninguna gracia el adverso rebote mediático que tuvo el tema, y que fue la misma ‘jefa’ quien mandó a decirle a ‘su’ ministra que guardara silencio sepulcral al respecto.
Y es que aunque las zalameras opiniones de la también parlamentaria iqueña sobre la esposa del mandatario le den a muchos la impresión de una estrecha cercanía entre ambas, no hay nada más alejado de la verdad.
Como lo reseñó Perú21 meses atrás, este no es el primer desencuentro entre la titular del Mimdes y la primera dama. De hecho son varios los integrantes del gabinete y legisladores oficialistas que pueden dar fe de los reiterados desplantes palaciegos.
Uno de los más evidentes, revelaron, ocurrió en octubre de 2012, durante la visita a Lima de Michelle Bachelet en su condición de directora de ONU Mujeres. Su nutrida agenda contemplaba diversas actividades en las que, como era previsible, Jara tenía activa participación. Tremenda sorpresa entonces la que se llevó esta cuando se le informó que había sido literalmente desembarcada de casi todas las reuniones. “Órdenes de arriba”, le dijeron. Paradójicamente, estos desaires no parecen hacer mella en la iqueña, que no deja de repetir que ‘la jefa’ es presidenciable con la esperanza, dicen, de recibir su bendición para tentar la Presidencia del Congreso o, incluso, el premierato. Pero dos soles no pueden brillar en el mismo cielo. Eso lo tienen bien claro en Palacio. Jara todavía no…
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