Tal como ocurrió en setiembre, cuando pusieron por primera vez sobre el tapete el incremento de los gastos de representación, la sesión del Consejo Directivo realizada el último jueves se desarrolló a puertas cerradas, solo con parlamentarios y sin grabaciones de por medio.
En esta ocasión, sin embargo, la preocupación de los congresistas por el impacto mediático brilló por su ausencia. Lo que sí abundaron fueron las quejas de los legisladores de que no les alcanza el dinero y de que la población les hace demasiados pedidos. “Nos creen Papá Noel”, reclamó más de uno.
Entre los más entusiastas, nos cuentan, estuvieron el fujimorista Julio Rosas y el oficialista Martín Rivas –‘Toby” para los amigos– que, haciendo a un lado sus diferencias ideológico-partidarias, cerraron filas en defensa del jugoso incremento remunerativo. No se quedaron atrás los de Perú Posible, que hasta se animaron a enviarle un oficio al presidente del Parlamento, Víctor Isla, respaldando el aumento de su asignación por función congresal. Y aseguran que, como para que nadie tirara la primera piedra, todos sus miembros firmaron el documento disciplinadamente.
Hubo también quien, para justificar la disposición, alegó que los gastos de representación de los parlamentarios eran los más bajos del Estado y que ocupaban el puesto 43 de la administración pública ¿¿¿??? Y también quien, como Yehude Simon, dijo que la medida repercutiría negativamente, que se debía sacar un comunicado para explicar las razones del aumento, etc., etc., etc. Toda una perorata que concluyó con un indubitable: “Sí, estoy de acuerdo”.
Discusiones al margen, lo concreto es que el incremento va, y solo falta redactar el acta del acuerdo en la que se precisarán montos y fechas para que la firmen los voceros. Y a quien no le guste, a llorar al río…
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