Siete votos impidieron que la presentación del canciller Rafael Roncagliolo ante el Congreso se desarrollara en sesión pública. A la luz de la enrevesada exposición ministerial y considerando que no hubo ‘destape’ alguno y menos información de Inteligencia que ponga en riesgo la seguridad nacional, lo que le quedó claro a la oposición es que si el oficialismo y sus aliados de Perú Posible se opusieron a esta apertura mediática fue más bien porque vaticinaban la deslucida intervención de Roncagliolo.
La plenaria, sin embargo, puso también sobre el tapete la lucha fratricida que se libra dentro de Gana Perú. Allí, congresistas como Daniel Abugattás y Fredy Otárola, aseguran nuestras fuentes, se han declarado en pie de guerra contra el portavoz Jaime Delgado, a quien consideran un advenedizo. Primero fue Abugattás, quien lo cuestionó públicamente por su aval a la nominación de Walter Gutiérrez para defensor; y el jueves fue Fredy Otárola, quien discrepó con la reserva de la sesión. Ese mismo día hubo también otros desencuentros más altisonantes, como el protagonizado por Javier Diez Canseco, quien en el marco de su afanosa defensa de Nicolás Lynch, arremetió contra el fujimorismo y cuestionó su autoridad para hablar de lucha antisubversiva recordándole al grupo Colina. El parlamentario Alejandro Aguinaga recogió el guante y le refrescó la memoria hablando de sus negociaciones con el emerretista Néstor Cerpa para ser liberado de la residencia de la embajada del Japón. Diez Canseco replicó entonces con el asunto de las esterilizaciones forzadas y bla, bla, bla. ¿Y el avance del Movadef? ¿Y las estrategias para contrarrestarlo? Incidentes menores, como diría Roncagliolo.
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