A mediados de esta semana, una repentina explosión de calor se ha presentado en gran parte de la costa central, producto de una igualmente repentina aparición de agua caliente frente a los departamentos de Lima, Áncash, La Libertad y Lambayeque, principalmente.
El efecto de tener agua más caliente que lo habitual frente a nuestra costa es el mismo efecto de pasar sobre una hornilla al aire que mediante la brisa marina llega del mar hacia la costa.
El resultado es evidentemente tener más calor que lo esperado.
En efecto, las temperaturas en las noches limeñas han alcanzado valores que para el mes de febrero no se veían desde el muy cálido fenómeno de El Niño de 1998.
Además, las tardes limeñas de febrero ya evidencian ser las más cálidas de lo que lleva de recorrido el siglo XXI.
Sin embargo, en los últimos dos días, el viento ha regresado a la costa y con él se han atenuado los excesos de calor.
Las tardes de 32 °C en Lima Este o los más de 30 °C de Lima Oeste no son sostenibles en los siguientes días.
Seguiremos más cálidos que lo habitual durante el presente mes, pero ya no tanto.
Sin embargo, los niveles de humedad apuntan a más bochorno en nuestra capital.
Abraham Levy
alevy@ambiand.com
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