Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Inauguró las sesiones de dicho polémico Consejo, herencia de la Guerra Fría, la presidenta Cristina Fernández que, con lenguaje directo, dijo: “Tenemos un nuevo mundo y no se puede enfrentar un nuevo mundo con viejos instrumentos y viejos métodos”. Traducido del lenguaje diplomático quiere decir que no debe haber países privilegiados a la hora de tomar decisiones y a la hora de cumplir con las disposiciones. Los destinatarios son los miembros permanentes del Consejo (EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China) y algunos ahijados de estos países. Cristina fue acompañada por 14 cancilleres, la mayoría latinoamericanos y, por primera vez en la historia, por representaciones de Unasur y Celac, además de miembros de la Liga Árabe, la Unión Africana, la Unión Europea y la OEA.
Las presencias latinoamericanas y de entidades regionales de países emergentes fue interpretada como un apoyo a Cristina. También estuvo presente el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Las intervenciones de los cancilleres latinoamericanos estuvieron en línea con el planteo argentino y generaron réplicas, como era esperable, de EE.UU. y el Reino Unido. Cristina destacó las experiencias de Unasur y Celac en el conflicto entre Ecuador y Colombia y en los intentos desestabilizadores contra Morales (Bolivia) y Correa (Ecuador). Y subrayó que en Unasur y Celac las decisiones se toman por unanimidad e invitó a “construir consensos que no se basen en los intereses particulares de cada Estado con derecho a veto, sino en asegurar en serio la paz y la estabilidad”.
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