Mónica Delta: El Perú como botín

Alejandro Toledo con pedido de extradición por sobornos de 20 millones de dólares. Barata confirma que Ollanta Humala recibió 3 millones del ‘italiano’ cajero del partido de los Trabajadores, por orden de ex presidente Lula da Silva, en el 2011.

Al menos 13 gobernadores regionales cumplen prisión preventiva o están sentenciados por corrupción. Los últimos son Félix Moreno, Alex Kouri –quien ya está pagando condena por la estafa de Convial– y Enrique Vargas , de Áncash, quien reemplazó a César Álvarez, ex gobernador.

A propósito, el 28 de mayo Álvarez cumple el plazo de prisión preventiva. ¿Se le extenderá? Aún no sabemos el tamaño de su responsabilidad.

¿Cómo abortamos la elección de estos caciques territoriales para que no se sigan levantando en peso al país? ¿Qué estaría ocurriendo con estas autoridades vinculadas a la gran corrupción si no se destapaba en Brasil el escándalo Petrobras?

El haberlos descubierto, a través de la figura de la delación premiada, permitió revelar el modus operandi de estas empresas que funcionaban bajo el patrocinio del Partido de los Trabajadores de Lula. Pero volvamos a nuestro propio calvario. ¿Qué hacemos con la regionalización? No es descabellada la idea de que el Callao se anexe Lima si así lo determinamos ambas provincias vía referéndum, como plantea Fernando Vivas.

Poder sin control y mucho dinero, como hoy manejan las regiones, es una máquina de corrupción. Es magnífico descentralizar, pero sin un sistema de controles llegamos adonde estamos hoy. Los honestos son las excepciones. Y no hablemos de los alcaldes, que para muestra tenemos muchos botones. La red criminal ‘Los Rucos’ de Chilca, aquisito nomás, con el alcalde de lugarteniente de la banda, nos da una clara perspectiva del negocio de los aventureros en la política que solo llegan para enriquecerse a cualquier precio. Necesario abordar el problema en el origen.