Mónica Delta: Golpe a golpe, verso a verso

¿Keiko y Kenji, dos mitades de la misma naranja? Kenji Fujimori busca un perfil propio. Busca indultar a su padre, queda claro, y le molesta que los congresistas de su partido soslayen toda posibilidad. Sus últimos gestos dejan en off side a sus colegas de bancada en temas de conciencia e ideológicos, aunque no lo admitan, han retrocedido en algunos casos aunque, ciertamente, a regañadientes. El caso más sonoro, el del Sodalicio y Luis Figari.

Después de otro ‘tuitazo’, las congresistas Letona y Aramayo retiraron su polémico proyecto que huele a peligro para garantizar las libertades de prensa (aunque insisten con otro suavizado) entre otras cosas, porque el benjamín de los Fujimori recordó la frase de Alejandro Miró Quesada: “La libertad de prensa es el frondoso árbol bajo el que se cobijan todas las demás libertades”.

Y la última de Kenji, el coincidente cambio de avatar en la red social, justo tras la decisión de Fuerza Popular que recomienda derogar el D. Leg. 1323 vinculado a los crímenes de odio. Ver el dibujito de Kenji sonriente con la colorida bandera del orgullo GAY debe haber sabido a chicharrón de cebo a más de un fujimorista conservador y rabioso.

Pero la pregunta que todos hacen es si el joven Fujimori quiere sacar de carrera a su hermana, la lideresa de Fuerza Popular o es una estrategia para mantener el ala dura del partido naranja, y, paralelamente, abrir una conexión más progresista, a sabiendas de que con lo que tienen no les alcanza para ganar las próximas elecciones presidenciales.

Kenji raya su cancha y busca una personalidad propia en la política nacional que le dé para negociar dentro de su bancada, de eso no cabe duda. Keiko, por su parte, puede no estar muy contenta con la independencia de su hermanito, pero lo mide como riesgo calculado para sumar cuando llegue el momento.