Sin confianza. Alfredo Thorne terminó su ciclo como ministro de Economía. El plan B del peor escenario, como dijo el presidente Kuczynski, entró en ejecución. El consejo: que no demore y que el perfil alcance para que cambie el aire y haya oxígeno suficiente. Hay voces, como la de Guido Lombardi, que consideran que es momento de pechar más por lo que considera abuso de la mayoría.
Llamar ‘ganapanes’ y amenazar con disolver constitucionalmente el Parlamento agudiza la confrontación y no resuelve nada. Esta expresión tosca, despectiva, en un país informal, poco institucionalizado como el nuestro, empeora posibilidades y debería evitarse.
La ciudadanía comienza a hartarse de censuras, confianzas, interpelaciones. La gente no quiere más parálisis. No quiere perder más panes en su mesa y perder más posibilidades de prosperar, porque no llegan a entenderse los representantes del Ejecutivo y el Legislativo.
No se trata de ninguna canción de amor, como aludió PPK. Se trata de entendimientos y respetos mínimos que sientan bases para negociar, pactar, avanzar. Las voces que buscan la pelea de coliseo deben ser ahogadas en la indiferencia.
Señores del Congreso, hay que subir la valla. Señores del Ejecutivo, hagan los cambios necesarios para avanzar. Keiko, debes salir del perfil sombra y plantear iniciativas que enriquezcan el debate ciudadano. Demuestra altura de estadista. Estamos a cuatro años del bicentenario, Kuczynski debe buscar a los mejores operadores para romper el estancamiento. FP debe entender que si le va bien al gobierno, tendrá posibilidad de ser gobierno. Lo contrario, les raya la cancha a los radicales, descreídos y antisistema. El peruano promedio necesita ganar más y mejores panes, no seguir perdiéndolos por inmadurez de políticos improvisados. A dejarse de vainas.
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